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Trump eludió tema de Venezuela // Mensaje de autocomplacencia // Más presiones a México // ¿Investigarán a Calderón?
Donald Trump y su Lebensraum // ¿Quién detiene al nuevo Hitler? // Demencial, arrasa y va por todo
¡La botaste, Rafael!
l presidente Donald Trump pronunció ayer un discurso a la nación en el que, según se anticipaba, anunciaría su plan definitivo para deponer a su homólogo Nicolás Maduro y establecer un régimen títere en Venezuela. Sin embargo, no hizo ninguna referencia al bloqueo militar que mantiene sobre la nación caribeña: dedicó su inusualmente breve alocución al autoelogio por sus primeros 11 meses de gobierno, durante los cuales, aseguró, salvó a Estados Unidos de la catástrofe económica, de la invasión
de migrantes y lo puso en la ruta hacia un auge económico como el mundo nunca ha visto
, por lo que todos y cada uno de los líderes extranjeros con quienes habla
le dicen que ahora tiene el país más sexy del mundo
.
Han pisoteado el ave de la dignidad y el respeto en Palestina y Venezuela
na vez más, el ave de los derechos humanos, de la dignidad y el respeto que nos hace humanidad cayó cuando apenas iba levantando el vuelo. Palestina recientemente, ahora Venezuela. Quieren que nos acostumbremos a sus abusos, que normalicemos su estupidez.
nglaterra, al igual que la mayoría de los países europeos, vive momentos difíciles de grandes retos y dificultades derivados principalmente por la falta de crecimiento económico, la inseguridad, la migración, la amenaza de los grupos radicales de derecha y de los más conservadores de estas naciones, así como también la presión que están recibiendo en materia de políticas comerciales y arancelarias por parte del gobierno de Estados Unidos.
os tres cubanos locos
andan desatados. Durante años, Mario Díaz-Balart, María Elvira Salazar y Carlos Giménez se han presentado en el Congreso de Estados Unidos como un bloque cubanoamericano cohesivo: línea dura contra los gobiernos que llaman totalitarios
, aplauso a las sanciones y defensa pública de medidas draconianas, difícilmente admisibles en un contexto verdaderamente democrático.
s raro observar que un libro de sociología devenga un best seller. Paul y Anne Ehrlich lo lograron en 1968. The Population Bomb ( La explosión demográfica) vendió 3 millones de ejemplares en cinco años de circulación. El texto comienza con una advertencia que, en la época, fijó percepciones sociales, climas intelectuales y científicos y políticas de Estado: La batalla por alimentar a la humanidad está perdida. En los años setenta, el mundo atravesará por hambrunas devastadoras; millones de gentes morirán por falta de alimentos
. Los Ehrlich llegaban a conclusiones severas: India colapsará, Inglaterra desaparecerá en el año 2000, la esperanza de vida en Estados Unidos descenderá a 42 años. En 1972, el Club de Roma predecía –en el informe sobre Los límites del crecimiento– que, si la explosión poblacional mantenía su crecimiento, se agotarían en un par de décadas las reservas mundiales de oro, cobre, plata, mercurio y petróleo. De las cifras demográficas derivaba explicaciones (hoy inverosímiles) sobre el origen de la pobreza, la naturaleza de las guerras y las dictaduras políticas. Robert McNamara, antiguo secretario de Defensa de los presidentes Kennedy y Johnson, podía afirmar, desde el Banco Mundial: En múltiples formas, el crecimiento desaforado de la población representa un peligro mayor que las armas nucleares
. Fue también él quien dispuso de cientos de millones de dólares para implementar políticas de control de natalidad alrededor del mundo. A medio siglo de distancia, todas estas predicciones fantásticas se multiplican como imágenes pasadas y ruinas de una tentación apocalíptica. La explosión demográfica de la segunda mitad de siglo XX no sólo no acabó con la humanidad, sino que la llevó a encontrar caminos insospechados para perseverar.
n los últimos tiempos, el lenguaje del bienestar emocional ha colonizado el espacio público. Ansiedad, estrés, burnout y resiliencia se han convertido en claves interpretativas de casi todo: marginación, precariedad laboral, violencia cotidiana, contaminación, la carestía de la vivienda, el transporte inseguro o la disputa política. Nadie sensato niega la urgencia de atender la salud mental; es un derecho y una necesidad. El problema aparece cuando las demandas políticas y sociales se presentan y se atienden casi exclusivamente en ese registro. Ahí se abren situaciones que despolitizan, fragmentan y mercantilizan el malestar, mientras se dejan intactas las estructuras y condiciones que lo producen.
l recientemente fallecido Armand Mattelart dedicó su vida a crear una teoría de la comunicación crítica y liberadora. Insistió en la necesidad de vincular comunicación, ideología y cultura con las relaciones sociales que prevalecen en nuestro tiempo, marcadas por el sello del capital. La premisa de que la comunicación no es una instancia autónoma ajena a la lucha de clases, decía al calor de la experiencia chilena de la Unidad Popular, la comprendía mejor la burguesía que la propia izquierda.
l gobierno de Estados Unidos pretende que todos los países del mundo, particularmente los de Occidente, lo consideren el mejor socio posible. Obviamente, espera lo mismo de México. Está claro que EU es nuestro principal socio comercial, pero ciertamente no es el mejor del mundo. Otros países han sido mejores socios y otros pudieran serlo. El gobierno estadunidense en su estrategia nacional de seguridad (NSS, por sus siglas en inglés), explicita sus objetivos económicos a mediano y largo plazos. Con la NSS de Trump es claro que terminó la época del libre comercio y de un mundo multipolar.








