¡La botaste, Rafael!
a filosofía de Rafael Ithier, fundador, director y principal motor creativo de El Gran Combo de Puerto Rico, se basaba en la pasión por la música y el compromiso con la excelencia artística. Durante su fructífera vida, frenada el pasado 6 de diciembre, demostró su dedicación a preservar y promover la salsa como un movimiento musical social “auténtico y de mucho compromiso con la gente”. Su enfoque era la calidad, la innovación y la conexión con el público. Además, el querido maestro supo entender desde un principio la importancia de la evolución y la adaptabilidad en la industria de la música manteniendo siempre la esencia y la identidad única de su agrupación.
En su última visita a México platiqué con él, tenía 90 años de edad cumplidos y no daba señales de hartazgo o cansancio. Hablaba del Gran Combo con la misma alegría tal y como si estuviera en la tarima dirigiéndolos.
“Creo que mi mayor logro ha sido poder llevar la música de El Gran Combo de Puerto Rico a diferentes partes del mundo y compartir nuestra cultura y tradiciones con audiencias de todas las edades y nacionalidades (…). También me siento muy orgulloso de haber contribuido al legado de la salsa y haber inspirado a tantos músicos y fanáticos de la música latina”.
Tras la salida del Combo de Cortijo, donde ejercía de pianista y director, Ithier concitó a los músicos y cantantes propicios para su proyecto hasta armar una orquesta que él mismo convirtió en leyenda, conocida ahora como “La Universidad de la Salsa”.
“La motivación para formar El Gran Combo de Puerto Rico fue el amor por la música y el deseo de crear algo único y especial (…). Desde aquel mayo de 1962, cuando iniciamos, a la fecha, lo nuestro ha sido un viaje increíble lleno de experiencias maravillosas, desafíos y momentos inolvidables. Estoy muy agradecido por todo lo que hemos logrado como banda.”
Con el Gran combo, don Rafa recorrió la salsa desarrollando un estilo único que se refleja en canciones como: Falsaria, Y no hago más na', Me liberé, Azuquita pa'l café, Un verano en Nueva York, Brujería, Las hojas blancas, Ojos chinos, Hechicera, La cabeza del lechón… entre muchas otras que han sido himnos para el bailador.
Aficionado al jazz, aseguraba que la música “es infinita” y que de su gracia plural se aprenden todos los días nuevas armonías, nuevos sonidos y hay que estar actualizado porque a cada momento sale algo diferente y habrá que tomarlo en cuenta, “eso sí, sin dejar de ser uno mismo".
Reflexionando acerca de reglas musicales del pasado que eran casi de honor como el ser auténtico, decía estar satisfecho con su orquesta por mantener un sello propio, un estilo identitario, pese a las modas y leyes del mercado.
Comentaba que, aparte de lo musical, el éxito de El Gran Combo radicaba también en algunas variables como el comportarse como una familia y operar tal como si fuera una coperativa: “Aquí hay quien se encarga de los contratos, las relaciones públicas, de la ropa y la parte económica. Tenemos un tesorero que les paga a todos, incluyéndome a mí. Muy pocas agrupaciones funcionan así”.
Reflexionaba Ithier: “Yo creo que El Gran Combo, sin ser santos, ha sido un buen ejemplo. Yo hablo con los muchachos con mucha frecuencia y me siento muy orgulloso del comportamiento de todos ellos. Nosotros vamos por los aeropuertos y no nos registran. Eso de verdad es un gran logro, porque nos hemos portado bien, hemos sido gente responsable con nosotros mismos y con lo que representamos… A mí, eso me llena de un orgullo enorme porque representamos a Puerto Rico, y yo soy muy puertorriqueño”.
Con 90 años de edad, la mayoría de ellos dedicados a la música, el maestro estaba consciente de lo inevitable: “No soy eterno”, me dijo con la tranquilidad de alguien que ha cumplido con la labor.
“Se que va a llegar el día en que ya no esté en este plano y lo he platicado con los muchachos. No tiene que estar Ithier para que ellos sigan adelante con la orquesta. Tengo deseos que El Gran Combo continúe con la misma unidad, deseos de superación y satisfacción por lo logrado. El grupo está más unido ahora. Si me voy, me iré muy contento por saber que hay continuidad.”
Rafael Ithier partió de este mundo a los 99 años de edad heredando una fórmula musical ganadora. Don Rafa, como se dice en el beisbol, su deporte favorito, botó la bola fuera del campo muchas veces. Ahora hay que ver si los actuales integrantes de El Gran Combo de Puerto Rico continúan bateando jonrones.












