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Socios comerciales
E

l gobierno de Estados Unidos pretende que todos los países del mundo, particularmente los de Occidente, lo consideren el mejor socio posible. Obviamente, espera lo mismo de México. Está claro que EU es nuestro principal socio comercial, pero ciertamente no es el mejor del mundo. Otros países han sido mejores socios y otros pudieran serlo. El gobierno estadunidense en su estrategia nacional de seguridad (NSS, por sus siglas en inglés), explicita sus objetivos económicos a mediano y largo plazos. Con la NSS de Trump es claro que terminó la época del libre comercio y de un mundo multipolar.

En esta nueva visión, para Estados Unidos el mundo tiene que estar dirigido por ellos. En el mundo unipolar que buscan imponer, el primer principio relevante es que los intereses estadunidenses son los prioritarios. “El propósito de su gobierno es asegurar los derechos naturales que Dios les dio”. En su mundo unipolar la migración masiva terminó. En México, para aterrizar la posibilidad de avanzar en la transformación nacional con un proyecto centrado en una distribución del ingreso a favor de los sectores de menores recursos, con una clara rectoría estatal, es fundamental que haya mayor crecimiento económico.

Un mayor dinamismo de la economía, en las nuevas condiciones globales, requiere que reconsideremos la estrategia económica sostenida primero en el TLCAN y luego en el T-MEC, en la que Estados Unidos y Canadá han sido nuestros principales socios comerciales. Reconsideración que supone cambios que tienen que introducirse cuidadosa y paulatinamente, que redefinan a nuestros socios comerciales y a los países con los que debiéramos plantearnos alianzas a largo plazo.

En los primeros meses de su segundo mandato, Donald Trump han cambiado el funcionamiento de la economía global. Han cambiado las reglas del comercio internacional y las reglas diplomáticas de uso generalizado. Según la NNS “salvaron a Estados Unidos –y al mundo– de la catástrofe y el desastre”. En su estrategia de seguridad, “el Corolario Trump a la Doctrina Monroe”, busca restaurar la preminencia estadunidense en Occidente, proteger su país y poder acceder a geografías claves en la región. Negarán a competidores no occidentales la posibilidad de posicionarse, amenazar sus capacidades y el control estratégico de activos vitales.

En los primeros nueve meses de gobierno de Trump, Estados Unidos ha impuesto una nueva situación económica y política que ha afectado a todos los países en diversa medida. En estos meses, el gobierno mexicano ha podido sortear los principales impactos derivados de la reinstauración de la “preminencia estadunidense”. Un dato importante es que las empresas extranjeras asentadas en el país han decidido mantener e incluso ampliar sus posiciones. Al tercer trimestre de 2025 la inversión extranjera directa llegó a 41 mil millones de dólares, 14.5 por ciento más que en 2024, antes de Trump, de la que 6 mil 500 millones fueron inversiones nuevas, no reinversión de utilidades. El origen fue principalmente Estados Unidos con un 39.5 por ciento, luego España, Japón, Países Bajos y Canadá, que juntos sumaron 72.6 por ciento del total.

El Corolario Trump a la Doctrina Monroe tiene el sentido de restaurar el poder estadunidense y sus prioridades, consistentes con su visión de lo que son sus intereses en materia de seguridad. En su planteamiento buscan convertirse en los socios que cualquier país escogería en primera instancia, los “mejores socios”; dicen que sus bienes, servicios y tecnologías son la mejor compra a largo plazo, por su mayor calidad y porque no tienen restricciones políticas. Estos “mejores socios”, apoyarán, como lo han hecho ya en Argentina y en Honduras, las opciones políticas alineadas con sus intereses.

Estados Unidos es el principal socio comercial de México, porque empresas estadunidenses se instalaron aquí para aprovechar diferenciales de costos y ventajas del tratado de libre comercio. Junto con ellas, empresas de otros países se instalaron en México para exportar a Estados Unidos aprovechando el libre comercio. Trump ha reducido estas ventajas y las reducirá aún más en la renegociación del T-MEC el año próximo. Para que México pueda lograr sus metas sociales, la visión estratégica del gobierno mexicano, formulada en el Plan México, se plantea una alianza estratégica con los empresarios mexicanos, que es necesaria.

Pero se requiere, además, que empresas e incluso gobiernos extranjeros incrementen su participación económica en nuestro país. Estados Unidos seguirá siendo nuestro principal socio comercial, pero en las condiciones actuales no lo elegiríamos en primera instancia. Es un socio inevitable, con el que habrá que trabajar, pero que no constituye nuestra mejor opción. A mediano y largo plazos habrá que reforzar las alianzas con los países europeos, con Japón, Corea y China.