Pese al anuncio, la Francia Insumisa urge a socialistas a derribar al gobierno
Miércoles 15 de octubre de 2025, p. 23
París. El primer ministro de Francia, Sébastian Lecornu, anunció ayer en el Parlamento una propuesta para aplazar la aplicación de la reforma de pensiones hasta después de las elecciones presidenciales de 2027, de tal manera que no se apliquen los cambios en enero del próximo año.
Lecornu planteó esta idea durante su discurso de presentación ante la Asamblea Nacional, horas después de su primer consejo de ministros de su segundo gabinete, en el que se presentaron los proyectos de presupuestos y de financiación de la Seguridad Social.
La propuesta consideró paralizar la reforma de pensiones, y pretende que hasta principios de 2029 no se aplique el retraso de la edad de jubilación a los 64 años ni la ampliación del periodo de cotización, que se mantendrá en 170 trimestres.
El premier detalló que la medida “beneficiará en última instancia a 3.5 millones de franceses”, pero advirtió que tendrá que ser compensada. Su plan de presupuesto para 2026, presentado antes del anuncio, ya prevé un esfuerzo fiscal de 30 mil millones de euros.
Estimó que la suspensión tendrá un costo para las arcas públicas de 400 millones de euros en 2026, y mil 800 millones en 2027.
La interrupción era una línea roja de la oposición socialista para no censurar al tercer primer ministro en menos de un año. Su líder parlamentario, Boris Vallaud, respondió favorablemente al anuncio, pese a calificarlo como una “apuesta arriesgada”.
“Somos capaces de llegar a compromisos, lo hemos demostrado. Podemos tumbar un gobierno, ya lo hemos hecho dos veces. Nuestra única guía es el interés del país y de los franceses”, subrayó.
Más tarde, el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, pidió a los diputados respetar la decisión “casi unánime” de la colectividad de no censurar a Lecornu.
De 39 años, Lecornu, quien se autodefine como un “monje soldado”, logró su primer objetivo: que los socialistas, cuyos votos son claves para derribar al gobierno, no apoyen las mociones de censura que se debatirán mañana a propuesta de la izquierda y la ultraderecha.
Sin embargo, la incertidumbre está en cómo logrará aprobar la medida en el Parlamento, más aún cuando la derecha, que controla el Senado, es contraria a su suspensión y el oficialismo se muestra dividido.
El presidente Emmanuel Macron siempre rechazó dar marcha atrás a su reforma, y aseguró ayer que si el gobierno cae, convocaría nuevas legislativas anticipadas.
El partido ultraderechista de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, lidera los sondeos de la primera vuelta.
“Lecornu se convirtió en un rehén de los socialistas con esta decisión incomprensible que nos conduce directamente al muro de la crisis financiera”, lamentó en un comunicado el líder del partido conservador Los Republicanos, Bruno Retailleau.
Aunque los sindicatos y la centro izquierda celebraron una “primera victoria” que debe conducir a la derogación de la reforma, uno de los líderes de la agrupación de izquierda Francia Insumisa, Manuel Bompard, urgió a los socialistas a derribar al gobierno.
Los ecologistas afirmaron que también censurarán.
Lecornu respondió a otros reclamos de los socialistas como la renuncia a adoptar los presupuestos y las leyes sin el voto del Parlamento, e incluir medidas de justicia fiscal como mayores impuestos a las grandes fortunas.