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Estrategia comercial de Trump pone a prueba la confianza de inversionistas

El dólar, históricamente un refugio, pierde terreno ante euro, libra y yen

 
Periódico La Jornada
Sábado 19 de abril de 2025, p. 15

Nueva York. Entre las amenazas que los aranceles representan para la economía de Estados Unidos, ninguna podría ser tan extraña como la venta masiva del dólar.

Las monedas suben y bajan todo el tiempo debido a temores de inflación, movimientos de los bancos centrales y otros factores, pero a los economistas les preocupa que la sorprendente caída reciente del dólar refleje algo más inquietante en un momento en que el presidente Donald Trump intenta remodelar el comercio global: una pérdida de confianza en Estados Unidos.

La predominancia del dólar en el comercio transfronterizo y como refugio seguro ha sido fomentada por gobiernos de ambos partidos durante décadas porque ayuda a mantener bajos los costos de endeudamiento de Estados Unidos y le permite a Washington proyectar poder en el extranjero, enormes ventajas que podrían desaparecer si la fe en el país resultara dañada.

La confianza global y la dependencia en el dólar se construyeron durante medio siglo o más, afirma Barry Eichengreen, economista de la Universidad de California, campus Berkeley. Pero se pueden perder en un abrir y cerrar de ojos.

Desde mediados de enero, el dólar ha caído 9 por ciento frente a una serie de monedas, un desplome raro y pronunciado, a su nivel más bajo en tres años.

Muchos inversionistas asustados por Trump no creen que el dólar sea desplazado rápidamente de su posición como la moneda de reserva mundial, sino que más bien prevén un declive lento, pero eso es lo suficientemente atemorizante, dados los beneficios que se perderían.

Gran parte de los bienes del mundo se intercambian en dólares, ante lo cual la demanda de la moneda se ha mantenido fuerte, incluso mientras Washington ha duplicado la deuda federal en una docena de años y hace otras cosas que normalmente harían huir a los capitales. Eso le ha permitido al gobierno estadunidense, a los consumidores y a las empresas pedir prestado a tasas anormalmente bajas, lo que ha ayudado a acelerar el crecimiento económico y elevar los estándares de vida.

El predominio del dólar también le permite a Estados Unidos presionar a otros países como Venezuela, Irán y Rusia al excluirlos de una moneda que necesitan para comprar y vender con otros.

Ahora ese privilegio exorbitante, como lo llaman los economistas, está repentinamente en riesgo.

Las propiedades de refugio seguro del dólar están siendo erosionadas, hizo notar Deutsche Bank en una nota a sus clientes este mes, advirtiéndoles de una crisis de confianza. Y un informe más cauto de Capital Economics añadió: Ya no es una hipérbole decir que el estatus del dólar de moneda de reserva y su papel predominante más amplio están en duda, cuando menos hasta cierto punto.

Tradicionalmente, el dólar se fortalecería a medida que los aranceles hunden la demanda de productos extranjeros.

Pero el dólar no sólo no se fortaleció esta vez, sino que cayó, desconcertando a los economistas y perjudicando a los consumidores. El billete verde perdió más de 5 por ciento frente al euro y la libra, y 6 por ciento ante el yen desde los primeros días de abril.

Según sabe cualquier viajero estadounidense en el extranjero, se puede comprar más con un dólar fuerte y menos con uno débil. Ahora el precio del vino francés y los productos electrónicos sudcoreanos y una serie de otras importaciones podrían costar más no sólo debido a los aranceles, sino también a una moneda más débil.

Y cualquier pérdida de estatus de refugio seguro podría afectar a los consumidores estadounidenses de otra manera: tasas más altas para hipotecas y acuerdos de financiamiento de automóviles, ya que los prestamistas exigen más interés por el riesgo adicional.

Más preocupante es la posibilidad de tasas de interés más elevadas sobre la creciente deuda federal de Estados Unidos, que ya se encuentra en un riesgoso 120 por cientoi de la producción económica anual del país.

En la mayoría de los países con esa deuda en relación al PIB ello sería causa de una gran crisis, y la única razón por la que nos salimos con la nuestra es que el mundo necesita dólares para comerciar, dice Benn Steil, economista del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de investigación sin fines de lucro. En un momento dado, las personas van a examinar seriamente alternativas al dólar.

Y ya lo han hecho, con un poco de ayuda de un rival económico de Estados Unidos.

China ha estado estableciendo acuerdos de comercio con Brasil a pagar sólo en yuanes para productos agrícolas, con Rusia para petróleo y con Corea del Sur para otros bienes desde hace años. También ha estado otorgando préstamos en yuanes a bancos centrales desesperados por tener efectivo en Argentina, Pakistán y otros países, remplazando al dólar como el financiador de emergencia.

Las criptomonedas podrían ser otra posible alternativa a Estados Unidos en los próximos años, si es que su mercado crece.

Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que una gran razón por la que el dólar esté cayendo es la pérdida de fe en Estados Unidos. Steve Ricchiuto, economista de Mizuho Financial, dice que la debilidad del dólar refleja la expectativa de que haya mayor inflación. Pero incluso si los inversionistas no se sienten tan cómodos, realmente no tienen opciones. Ninguna moneda o activo, como el yuan o el bitcoin o el oro, es lo suficientemente vasto para manejar toda la demanda.