Opinión
Ver día anteriorViernes 14 de mayo de 2021Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Economía moral

Historia de una vocación. Quinta entrega // Mi enfoque de pobreza y florecimiento humano

T

e invito a conectarte a You Tube Editorial Itaca o a facebook @itaca.editorial.1 para la presentación de mi libro Pobreza y florecimiento humano. Una perspectiva radical. Los comentaristas serán Jorge Veraza, Francisco Pamplona e Hipólito Rodríguez: jueves 20 de mayo, 17 hrs. A partir de mi primera lectura de la antropología filosófica de Marx y Márkus (publicada en 1990), que expuse en las dos entregas más recientes, estaban sentadas las bases para desarrollar mi enfoque de la pobreza y el florecimiento humano (EPFH). Sin embargo, habrían de pasar 15 años para que éste fuese formulado explícitamente en mi tesis de doctorado (Ampliar la mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, CIESAS Occidente, 2005; disponible en mi página web) y que se puede sintetizar como sigue:

1. Defino lo bueno como florecimiento humano (FH), al que entiendo como desarrollo de las fuerzas esenciales humanas (FEH): desarrollo y satisfacción de necesidades (N), y desarrollo y aplicación de capacidades (C). 2. El objetivo último de las políticas públicas debería ser (en un Estado ideal) el pleno FH de todos. 3. Distingo riqueza y pobreza humanas de riqueza y pobreza económicas. Dentro de cada una distingo la dimensión del ser y la del estar (ser o estar rico/pobre). El ser de la riqueza (pobreza) humana caracteriza a quien necesita mucho (poco) y ha (no ha) desarrollado sus C en profundidad y extensión. El estar de la riqueza/pobreza humana se define por el grado de satisfacción de las N y de aplicación de las C efectivamente desarrolladas por el individuo. 4. El FH lo podemos concebir, siguiendo a Marx-Márkus, como la realización de la esencia humana en la existencia individual, la medida en la cual el individuo se despliega libre y multilateralmente a través del desarrollo de sus N y C, que tienden, como su conciencia y su ser social, a la universalidad. El ser humano necesita ir más allá de la satisfacción de sus N deficitarias (los tres primeros niveles en la jerarquía de Maslow: N fisiológicas, de seguridad y de afecto/pertenencia). Para el FH se requiere también que, a través del trabajo y/o del amor, la persona realice lo que potencialmente es como ser humano que comparte la esencia de la especie: universalidad, libertad, creatividad, conciencia. 5. Pero en el período de la alienación pueden coexistir creciente universalidad del ‘ser humano’, la multilateralidad social, con creciente unilateralidad individual. Así se requiere realizar la evaluación tanto a nivel societal como individual, subdividiendo el eje conceptual de florecimiento humano (ver adelante) en estos dos niveles, llamándole progreso social al primero y desarrollo de las FEH al segundo. El progreso social lo podemos concebir como la constitución de las condiciones para un desarrollo irreprimido y rápido de las FEH. Tanto el nivel societal como individual del EFH se subdivide en la dimensión del ser y la del estar. A nivel societal del ser se identifica la creación de las condiciones (presupuestos) para el desarrollo de las N y C; a nivel societal del estar la creación de las condiciones para la satisfacción de las N y para la aplicación de las C. El nivel individual se subdivide en el ser y el estar de la pobreza/riqueza humana.6. Al recortar el eje conceptual de FH y quedarse sólo con su perspectiva económica, se delimita el eje conceptual de nivel de vida (ENV), donde se ubica la pobreza/riqueza económica. El ENV es la perspectiva económica del FH. Si bien en ambos ejes está el ser humano completo con todas sus N y C, en el ENV lo miramos sólo desde la perspectiva económica (recursos y condiciones económicas). También en la pobreza/riqueza económica podemos distinguir la dimensión del ser y la del estar. La pobreza económica es el primer obstáculo por vencer para que el FH sea posible. El otro obstáculo central es la alienación. Si la persona se ve obligada, para sobrevivir, a vender lo único que posee: su cuerpo, mente y las C y conocimientos, que ha desarrollado; si lo único que posee lo usa alguien más por ocho o más horas diarias, ¿qué es la persona? Si en ese uso que otro hace de sus C, la persona no se siente realizada, no siente sus FEH transformando al mundo y a sí misma; si sólo siente cansancio y tedio, si siente el producto del trabajo como algo ajeno ¿qué sentido tiene que la paga recibida sea suficiente para sobrevivir, si al día siguiente, y al año siguiente, será igual? Esto es lo que Marx llama alienación.

7. Podemos entonces distinguir cuatro conceptos de pobreza/riqueza: 1) humana del ser; 2) humana del estar; 3) económica del ser; 4) económica del estar. Estas categorías son distintas a la categoría usual de pobreza, que si bien se acerca a la económica del estar, tampoco coincide con ella, porque la usual no se deriva de un recorte del EFH sino que se aborda directamente como parte del ENV; y porque suele incorporar sólo una parte de las N (las materiales), en contraste con la perspectiva económica de todas las N en el nuevo EPFH, y deja fuera las C. 8. Al introducir C para constituir la dupla N-C y hacer explícito que el ENV es derivado del EFH, la lógica del estudio de estos temas (pobreza, nivel de vida, FH) se transforma radicalmente. Se hace evidente la interacción entre N y C. La persona bien alimentada, sana y educada puede desarrollar ciertas C laborales, mostrando cómo la satisfacción de N hace posible el desarrollo de las C. Pero en el capitalismo, las C individuales tienen que venderse en el mercado de trabajo para poderse aplicar. Esta venta puede ser para un trabajo de sobrevivencia en el que el individuo sólo aplica algunas de sus C menores o para un trabajo de autorrealización en el que aplica sus C fundamentales y logra el FH. Pero las C tienen que venderse no sólo para aplicarse (y desarrollarse) sino para satisfacer las N y hacer posible la reproducción de las C. Esta circularidad, esta integralidad entre C y N, se pierde en los enfoques usuales que sólo miran un lado del asunto. 9. Solemos pensar en las N en términos estáticos, como si el bebé tuviese las mismas N que el adulto. La noción de desarrollo de las N incluye su extensión. No todos los adultos han desarrollado las siete necesidades de Maslow (N fisiológicas, de seguridad, amor y pertenencia, estima, autorrealización, cognitivas y estéticas): los ‘pobres’ (en el sentido convencional) pueden estar dominados por las N fisiológicas y las demás N estar inactivas. Los no ‘pobres’ pueden haber quedado atrapados en alguna N insatisfecha, como el afecto, y no haber desarrollado la N de estima ni la de autorrealización; muchos no desarrollan las N estéticas, y la mayor parte se queda en los niveles elementales de la N cognitivas. Es posible, pues, hablar del desarrollo de las N como su extensión. El desarrollo de las N podemos entenderlo también en sentido cualitativo: su humanización creciente, su profundización. Muchas personas se aferran a la educación religiosa recibida y dan por satisfecha la N de entendimiento. Para otras, en cambio, es una búsqueda interminable. Hay entonces un rango muy amplio para el desarrollo de estas N. Todas las N humanas están humanizadas, incluyendo las fisiológicas, como la alimentación en el gourmet. 10. La esperanza de muchas personas está fincada en el tiempo libre (TL). Piensan que en él podrán hacer lo que siempre han querido hacer. La mayoría termina desperdiciando ese TL frente al televisor viendo programas chatarra.

www.julioboltvinik.org