Miércoles 17 de septiembre de 2025, p. a11
Tokio. Cuando el sartén con aceite hirviendo se volcó y salpicó al pequeño Alison dos Santos, de 10 meses, su abuelo lo recogió, atravesó la puerta principal y corrió al hospital, una rápida reacción que desempeñó un papel clave para salvar la vida del bebé.
Las cicatrices en su rostro, pecho y brazos son los recuerdos permanentes de un día de hace 24 años que el campeón brasileño de vallas nunca podrá olvidar.
Cuando Dos Santos salga hoy en los 400 metros con vallas, tal vez la prueba más competitiva de los nueve días del Mundial de Atletismo en Tokio, se enfrentará a campeones olímpicos, poseedores de récords del orbe y monarcas mundiales como él.
Éstos son los de desafíos que disfruta en un deporte que, según dice, le dio una nueva vida cuando era adolescente e inseguro acerca de las cicatrices que, hasta entonces, sentía que dominaban su vida.
“Fue el ambiente, la amistad, el amor que pudieron darme lo que me ayudó a superar esto”, explicó Dos Santos en una entrevista reciente con el pódcast Ready, Set, Go. “Necesitaba algo de apoyo, pero nunca fui capaz de pedirlo. Y ellos pudieron dármelo sin que yo lo solicitara”.
La adolescencia y sus años de juventud empeoraron las cosas. Incluso sus amigos a veces terminaban las discusiones con algún comentario sobre las cicatrices, “porque sabían que me dolería”.
“Sólo están diciendo lo que ven. No entienden lo que eso podría significar para alguien”, señaló en otra entrevista reciente con medios internacionales. “Tuve que pasar por momentos oscuros. Pero entendí que no sería yo mismo si no tuviera las quemaduras”.

Actualmente, el velocista viaja por el mundo, recoge medallas y desempeña un papel principal en una de las especialidades más espectaculares del atletismo.
Cuando se le preguntó qué es lo que más ha contribuido a mejorar a todos en la ciencia de las vallas, Dos Santos no menciona un logro tecnológico, sino más bien, otro vallista: Abderrahman Samba.
“La primera vez que Samba bajó los 47 segundos, creo que cambió algo para todos”, subrayó. “Cuando ves a alguien haciéndolo hace 20 años, dices 'ok, eso fue hace 20, nadie lo está haciendo ahora'. Pero cuando ves a Samba haciéndolo, piensas 'Tengo que entrenar más duro'. Ya no sueñas con tiempos de 48 segundos y piensas que podrías ganar una medalla”.
Así como Samba lo inspiró, Dos Santos indicó que espera que su historia sirva de inspiración para alguien más por ahí. Ve la conexión obvia entre las vallas que intenta superar todos los días y los obstáculos mucho más significativos que competir en atletismo le ayudó a superar cuando era niño.
“Creo que puedo compartir con un montón de personas en el mundo, y especialmente con los brasileños, que todos son únicos, todos son especiales a su manera. Puedes lograr grandes cosas sin importar cuán difíciles sean las cosas en tu vida. Puedes trabajar en ello e intentar mejorar.”