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El Mayo enciende el ventilador // Implicados en ambos países // Medio siglo y nadie lo tocó

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▲ Ismael El Mayo Zambada se declaró culpable ayer en Nueva York.Foto Boceto Jane Rosenberg
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punto de encender el ventilador, si es que aún no lo hace, el famosísimo capo Ismael El Mayo Zambada reconoce que a lo largo de su carrera criminal “corrompí a policías, mandos militares y políticos” (quienes no sólo son de nacionalidad mexicana, sino que en el inventario necesariamente deben aparecer unos cuantos gringos, de la DEA, por ejemplo), de tal suerte que más de dos involucrados en este multimillonario enjuague están al borde de un binacional ataque de pánico, el cual, sin duda, también repercute en el estado de ánimo de alguien que habita en Madrid, el mismo a quien ya le encarcelaron a uno de sus socios.

El Mayo llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia (lo bueno es que el gobierno de aquel país asegura que “no negociamos con terroristas”) y se declaró culpable de traficar miles de toneladas de cocaína a Estados Unidos, la misma que fue distribuida y se distribuye sin mayor problema ante los ojos de todo tipo de autoridad gringa, de tal suerte que en el inventario de “colaboradores” coimeados también aparecen “policías, mandos militares y políticos” de Estados Unidos, porque de otra forma no se explica cómo fue posible, y lo sigue siendo, que ese negocio se mantenga boyante (dice el narcolíder que por ello obtuvo “cientos de millones por año” ¿y nadie se dio cuenta?; ¿dónde estaba la DEA, que todo el día jode y jode a terceras naciones?) gracias la permisividad y/ o complicidad gubernamental y el desenfrenado consumo de buena parte de la sociedad estadunidense.

Y no es que El Mayo traficara uno o dos años, sino que, de acuerdo con su declaración, lo hizo durante medio siglo junto con “otros socios” del cártel de Sinaloa, es decir, desde que, por el lado gringo, Richard Nixon declaró la “guerra” contra el narcotráfico, y, por el mexicano, Luis Echeverría despachaba en Los Pinos. Y de ahí para adelante, cuando los narcos mexicanos decidieron dar “el salto” y pasaron de exportadores de mariguana a talco colombiano. Entonces, en ambos lados de la frontera, ¿quiénes protegieron al cártel de Sinaloa? Ya se sabe que García Luna y la pandilla calderonista, pero ¿sólo ellos? ¿Y del otro lado de la frontera? Porque millones de toneladas de cocaína no pueden esconderse en un frasco de perfume.

A lo largo de esos 50 años a Ismael Zambada ninguna autoridad, mexicana o estadunidense, le tocó un pelo. Por el contrario, se movió con toda libertad y siempre se mantuvo varios pasos adelante ante cualquier “contingencia”, dada la enorme telaraña de informantes que compró en ambas naciones, algunos de ellos no mencionados en su citado reconocimiento, como en los casos de los banqueros y uno que otro periodista, siempre dispuestos unos a lavar toneladas de dinero y otros a informar oportunamente sobre los planes y movimientos de las autoridades, de aquí y allá.

En este sentido, ha transcurrido más de un año desde que, como por arte de magia, El Mayo apareció en el aeropuerto Santa Teresa, Nuevo México, frontera con Texas, donde los cherifes ya lo esperaban. Y de ahí a la cárcel. Entonces, ¿realmente el colmilludo capo fue tan descuidado como para caer en el garlito? Todo apunta a que fue un secuestro de los gringos (no sería el primero), pero a lo largo de ese año y pico las autoridades estadunidenses se han negado a informar sobre el operativo y todo apunta a que no lo harán.

De hecho, sobre la “mágica” aparición de Ismael Zambada en territorio gringo, ayer la presidenta Sheinbaum reconoció que el gobierno de Estados Unidos “no ha entregado nueva información, ni a la Fiscalía General de la República ni a la Secretaría de Seguridad, ni a Relaciones Exteriores. Bueno, vamos a esperar el día de hoy”. Y sobre compartir los nombres de quienes resulten involucrados en el ventilador de El Mayo, la mandataria dijo que con Estados Unidos “hay comunicación en muchos temas, pero en particular en éste, no; no tenemos conocimiento”. En el aire, pues, pero el presunto secuestro no ha sido explicado por la Casa Blanca, o tal vez el gobierno mexicano no ha querido hacerlo público.

Además, dijo, el gobierno de México no tiene ninguna inquietud o preocupación por las declaraciones que pueda realizar El Mayo.

Las rebanadas del pastel

Habrá que ver a quiénes implica y denuncia el sinaloense, y si el gobierno estadunidense divulgará nombres y responsabilidades, aunque es predecible que, como en tantas otras ocasiones, simplemente utilizará la información con fines políticos. Lo cierto es que al hoy detenido se le acabó la “suerte”, mientras los traficantes gringos gozan de cabal impunidad. En vía de mientras, hagan sus apuestas.

X: @cafevega