Los perros que sólo reconocían las enaguas se presenta en el teatro Orientación // Busco que el espectador valore esas vidas
, refirió Mayra Simón, autora y directora de la obra

un umbral, un paso entre pasado y presente; representan el encierro físico y sicológico en el que las mujeres de la obra han vivido durante años, indicó la dramaturga.Foto Luis Castillo
Lunes 14 de julio de 2025, p. 2
Ni la lluvia persistente logró disuadir al público que la noche del jueves llenó el teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, donde tuvo lugar la primera función de Los perros que sólo reconocían las enaguas.
Escrita y dirigida por Mayra Simón, la puesta en escena reunió a invitados especiales y representantes de la prensa.
La historia aborda la vida de cuatro mujeres de la tercera edad −Luisa, Teresa, Maura y Tomasa−, solas y sin hijos, que sostienen su vida con independencia en Manzanitas Cieneguilla, Cardonal, Hidalgo, poblado donde apenas caben 12 almas.
Sus relatos se entrelazan en un ciclo donde la obediencia perpetua se impone, infancias son arrebatadas, migraciones se vuelven forzadas y fracturas amorosas persisten. El cuidado hacia padres y hermanos, junto con el apego a lo material, delinean un mapa existencial en el que el amor parece siempre condicionado o ausente.
Dos grandes aros, más que un simple recurso escenográfico, representan símbolos cargados de emociones.
Mayra Simón los definió como “un umbral, un paso entre pasado y presente; representan el encierro físico y sicológico en el que estas mujeres han vivido durante años.
El bordado que evocan no es sólo repetición, es también resistencia creativa, un intento por rescatar aquello que parecía perdido, una forma de conexión con algo propio dentro del confinamiento.
El trabajo actoral de Edna Rodríguez, Sharim Padilla, Araceli Martínez y Fabiola Villalpando entreteje momentos de picardía y ternura que despiertan sonrisas, pero también invitan al silencio.
Durante la función resonaron frases como: Todos somos frágiles en manos equivocadas
, ¿De qué sirve el dinero si eres infeliz?
y Sólo te tienes a ti misma
.
En entrevista con La Jornada, Simón compartió el origen del montaje: “Después del fallecimiento de mi abuela, quien fue como mi madre, descubrí secretos ocultos. Ella fue una niña robada de su comunidad, La Misión, en Hidalgo. Sentí culpa por no haber escuchado ni propiciado un espacio para su duelo, que guardó por pudor y por la familia.
La pieza surgió entonces como un acto de escucha hacia mis tías, un esfuerzo por reconectar con las historias como forma de resistencia ante el silencio que viví en mi familia.
La dramaturga y directora añadió que la trama “es un grito. Un llamado a dejar de romantizar la soledad de los adultos mayores como si fuera una elección; más bien es consecuencia del cuidado hacia otros.
Busco que el espectador valore esas vidas, porque a menudo sólo pensamos en mantener a los ancianos con vida, no en la calidad de esa existencia. Concebí este proyecto como una docuficción. Mi primer filtro fueron mis tías. Si ellas no se reconocían en este trabajo, no lo llevaría a ningún lado.
Por ello, cada elemento en escena busca reflejar la vida de esas familiares y la comunidad de Manzanitas; además, se integraron audios con memorias reales para lograr una simbiosis estética entre lo auténtico y lo dramático
.
El título de la obra encierra un fragmento de memoria. Cuando Mayra Simón era niña, un perro Rottweiler la atacó. Sin embargo, su tía Luisa logró rescatarla y se interpuso frente al animal, por lo que sufrió mordidas en la espalda.
Durante años, el miedo a los canes acompañó a la dramaturga. Al regresar a Manzanitas para concebir este proyecto, se encontró con una jauría que corrió hacia ella, pero algunos vecinos gritaron: No te van a hacer nada, estos perros reconocen las enaguas
.
Fue un momento mágico
, recordó. Ese cuidado, ese reconocimiento, es lo que queremos transmitir al espectador
.
La propuesta escénica, explicó Simón, explora una estructura que trasciende generaciones y territorios. No importa si son de Querétaro, Ciudad de México o Chiapas. Las historias de sacrificio y cuidado de nuestras madres y abuelas permanecen ancladas en una estructura machista que persiste
.
Durante la función se fue revelando cómo estas mujeres han transitado ciclos de sacrificio. Son existencias entregadas entre el rechazo, la migración, el miedo a fallar, el cuidado resignado, la valentía, pero también la búsqueda de una felicidad que se aleja de las aspiraciones impuestas por la sociedad
, concluyó.
La lluvia cesó y el foro se llenó de aplausos. Durante varios minutos, el sonido que acompañó la llegada del público dio paso a otro, cargado de reconocimiento.
Producida por la compañía Manzanitas Escena, la obra Los perros que sólo reconocían las enaguas se presenta jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en el teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, en el Centro Cultural del Bosque (Reforma y Campo Marte). El boleto cuesta 150 pesos, con los descuentos de siempre. La función está recomendada para mayores de 13 años.