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Greenpeace exige detener extracción de material pétreo en la selva maya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 8 de julio de 2025, p. 25

Cancún, QR., Integrantes de la organización ecologista Greenpeace se manifestaron frente a las instalaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en la zona hotelera de Cancún, para exigir que se detengan los permisos para explotar bancos de material pétreo en la selva maya, conocidos como sascaberas, informó Carlos Samayoa, coordinador de la campaña México al grito de selva.

Ayer alrededor de las 7:30, los activistas subieron a la azotea de la sede de Semarnat, donde colocaron una manta en la que se leía: Semarnat, no más Calicas en la selva maya.

Samayoa dio a conocer que Green-peace exige a Semarnat cancelar las autorizaciones de impacto ambiental que otorgó a Cemex y otras empresas para extraer rocas en la región.

Indicó que se permitió a Cemex deforestar 650 hectáreas de selva virgen en las cercanías de Tulum.

Agregó que este año, la Secretaría del Medio Ambiente ha autorizado explotar 26 bancos de material para uso exclusivo de la Secretaría de la Defensa Nacional en casi 10 mil hectáreas, para la construcción del Tren Maya, así como otros proyectos pequeños, pero que se van ampliando.

De acuerdo con Samoyoa, lo autorizado para el Tren Maya es como hacer un hoyo dos veces más grande que la isla de Cozumel –que tiene una superficie de 647.33 kilómetros cuadrados–, e igualmente se autorizó extraer material con el que se construirán viviendas en el sur del estado, no para cubrir la demanda, sino para especular.

Advirtió que la extracción indiscriminada de material pétreo representa un grave atentado para la selva maya, que, según Samayoa, es la segunda más grande en importancia de América después de la del Amazonas, en Brasil.

Destacó que la explotación de material pétreo se traduce en pérdida de cobertura forestal, pues pese a que las manifestaciones de impacto ambiental incluyen planes de remediación cuando se dejan de usar, en la práctica no hay nada, sólo ecosistemas que podrían tardar muchos años en recuperarse.

El impacto al acuífero está implícito, dijo Samayoa. Explicó que el suelo de la península de Yucatán es muy delgado y por ello se contamina fácilmente, y asimismo las explosiones de dinamita contaminan por los químicos que contienen, llegan al acuífero y perjudican al sistema marino.