En Bestiario del bibliófilo reflexiona sobre los libros como objetos // Describe a personajes como la rata de biblioteca, el hombre polilla o el birlador de ejemplares

Se suele pensar en su contenido, pero para mí son una herramienta, una tecnología muy atractiva, refirió el autor del libro editado por Nitro Press.Foto de Rubén Nail, cortesía del escritor
Sábado 19 de abril de 2025, p. 5
De niño, el periodista y escritor Ricardo E. Tatto (Mérida, 1984) pedía que le compraran libros en lugar de dulces, como ediciones infantiles y juveniles como Las aventuras de Huckleberry Finn o Platero y yo que su familia encontraba en los supermercados, ante la escasez de librerías.
De allí nació su amor y pasión por los libros. “Las personas suelen pensar en su contenido; sin embargo, para mí son una herramienta, una tecnología muy atractiva. Valoro, obviamente, el contenido, pero también el formato, el diseño editorial, la tipografía, el año de publicación, el idioma; incluso, si tiene un estudio crítico, prólogo o epílogo; cómo es el lomo del libro, el tipo de papel; si es una edición antigua, o si cuenta con un ex libris interesante”.
En su calidad de bibliófilo, Tatto se propuso ofrecer una serie de reflexiones en torno a los libros, a la vez que desmenuza a los personajes que pueblan su mundo, como los coleccionistas, los apiladores, los marchantes; incluso, los bibliorratas, o sea, los que los roban. Todo esto pasa en Bestiario del bibliófilo (y otras fieras literarias), editado por Nitro Press en 2024, escrito con mucho sentido del humor.
“Se me ocurrió que las personas que estamos en el mundo editorial somos un poco bestias, porque siempre cargamos mochilas, maletas o bolsas con libros. Somos una especie de bestias de carga, porque amamos, valoramos y atesoramos estos objetos. Los bestiarios surgieron en la Edad Media como una forma de describir criaturas fantásticas. En América Latina tenemos bestiarios famosos, como los de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Juan José Arreola.
“En mi caso, aunque realmente no son bestias fantásticas, sí son tipos de lectores o coleccionistas. Intento hacer un juego con los bestiarios para comparar a los personajes del mundo del libro con los tipos de bestias. El hombre polilla, por ejemplo, es esa rata de biblioteca, como yo, que se la pasa rodeado por libros, polvo y papel, en librerías y bibliotecas.
“Luego, está una especie de diablillo, o duendecillo, que es el birlador de libros. En un país como México, con tantos delitos graves, robar un libro es peccata minuta. No hago apología del robo de libros; sin embargo, en el capítulo De los birladores de libros, hago una pequeña comparación con Jean Valjean, personaje de Los miserables, de Victor Hugo, que roba una hogaza de pan porque tiene hambre. Para mí, el que roba libros tiene hambre de conocimiento.”
El formato de escritura impresa, recuerda Tatto, es una tecnología muy antigua que existe mucho antes de la imprenta, en papiros y códices, y no ha sido superada; podemos tener otros aparatos de lectura digital; sin embargo, estas tecnologías tienen una obsolescencia programada, mientras un libro sigue siendo lo mismo que si lo compramos ayer o que si es de hace 200 años o, incluso, un incunable de la Edad Media
.
Tattoo ve al libro electrónico como un complemento de la lectura: “En el ensayo El manual del buen lector, un recetario de buenas prácticas de lectura, una de ellas es que siempre carguemos un libro con nosotros. Si no tenemos uno a la mano, no es excusa para no leer, porque podemos hacerlo en nuestro celular o tableta, mientras estemos en el transporte público o en espera de alguien. Hay que leer todo el tiempo que tengamos libre y no dejar momentos muertos”.
En este sentido, el libro electrónico es una herramienta para siempre cargar con uno
. Para Tatto el ebook es una buena manera de conocer a cierto autor o título y, si nos gusta, lo podemos comprar después en formato impreso
.
Respecto del tono divertido de los ensayos, Tatto señala: Muchos creen que el ensayo literario o creativo es un género aburrido. Quise hacer un libro sobre libros que fuera accesible para quienes leen. Que, a pesar de no ser bibliófilos especialistas, puedan adentrarse poco a poco en ese mundo de la obsesión por los libros-objeto
.
Para escribir en tono humorístico, Tatto fue influenciado por autores como Mark Twain, Oscar Wilde, Robert Louis Stevenson y William Hazlitt, quienes cultivaron el ensayo como una forma de exponer ideas de forma lúdica y con imaginación. El lector podrá encontrar en estos ensayos ese tono irreverente, mordaz, para describir un tema que otros autores han tratado de manera muy seria, esnob o intelectualoide. Quise hacer lo contrario: tratar el tema de los libros, no como escritor, sino como lector. Hacer un libro dirigido a los lectores, escrito por un lector también
, asegura.