La compositora María Luisa Basurto (1915-1955), mejor conocida como María Alma, fue de las primeras que en sus canciones habló de tú a la otra persona, en una comunicación muy íntima; hizo de la sinceridad una manera de cantar al amor, y, aunque falleció muy joven, su legado es muy amplio.

Ella fue esposa de Fernando Z. Maldonado (1917-1996), también notable compositor, arreglista y pianista.

Así presentó el director de la Fonoteca Nacional, Pável Granados, a la pareja de músicos a quienes se les rindió un homenaje este domingo en el Complejo Cultural Los Pinos con la participación de la hija de ambos, la cantante Myrza Maldonado, quien interpretó algunas de las obras de sus padres, con motivo del 105 aniversario del natalicio de Fernando Z. Maldonado, acompañado por la Orquesta Típica García Blanco, con dirección de Ricardo Gutiérrez y la joven pianista Fernanda González Herrera, bisnieta del compositor.

María Alma se casó en 1942, en Cárdenas, San Luis Potosí, con Fernando Z. Maldonado, vestidos ambos como ferrocarrileros. Desarrolló una exitosa carrera en la primera mitad del siglo XX. Su talento se encuentra a la altura de compositoras como Consuelito Velázquez y Ema Elena Valdelamar.

Es autora de una singular lírica, que destaca en temas como Tuya, Perdí el corazón, Noche de mar, No me hables de ese amor y Compréndeme, ésta última interpretada por distintas generaciones de actrices y cantantes como María Félix, Marco Antonio Muñiz, Vikki Carr, Celso Piña y Lorenzo de Monteclaro.

La compositora falleció en la plenitud de su actividad creativa, el 10 de mayo de 1955. Artistas como Ely Guerra y Eugenia León grabaron el tema Un sentimiento de amor, que formó parte de la banda sonora de la película Martha, ganadora de un premio Ariel en 2009, y en la cual se interpretan varios temas de la compositora potosina.

Durante el concierto en Los Pinos, luego de proyectarse fragmentos de videos y películas, Myrza Maldonado recordó a su padre como extraordinario pianista y ejecutante.

Interpretó algunas canciones de Z. Maldonado que forman parte de la educación sentimental de varias generaciones, como Hermoso cariño, Payaso (cuya versión más memorable es la de Javier Solís), Amor de la calle (éxito del trío Los Panchos, Héctor Lavoe y Paquita la del Barrio), Voy gritando por la calle y Vida (en su momento tema de Enrique Guzmán), y cerró con el clásico popular Volver, volver.

Enorme legado sonoro

En charla con La Jornada, Myrza Maldonado destacó que su padre nació en una familia en la que todos eran músicos, “su enorme legado sonoro es muy importante, así como su trabajo de arreglista de decenas de canciones. Siempre estuvo presente en la escena musical mexicana y sigue vigente.

“Todo era inspiración para él. Por ejemplo, compuso Payaso porque a Javier Solís le gustaba disfrazarse de payaso para divertir a los niños en el circo Atayde. En cierta ocasión, en una esquina estaba sentado un payaso muy molesto, y preguntó mi padre qué le pasaba. Resulta que lo acababa de dejar la esposa, y de ahí nació la frase: En cofre de vulgar hipocresía / ante la gente oculto mi derrota / payaso con careta de alegría / pero tengo por dentro el alma rota.”

También escribió Amor de la calle. Añadió que su padre “trajo de Colombia la cumbia a México, con Linda Vera y las Hermanas Lima, y fue el creador del bolero ranchero. Su carrera duró muchos años, lo cual le permitió, además de ser un notable compositor, ser un descubridor de talentos, un director artístico único, que dio a diversos cantantes su singular personalidad en los escenarios, como el extraordinario arreglista que era.

“María Alma, como compositora, también dejó una profunda huella en la música. Consuelito Velázquez y ella fueron muy amigas. Cuando mi madre estuvo hospitalizada, Consuelito preguntó a mi padre y a mi abuela si podía acompañarla, y les dijo: ‘Descansen un rato, yo me quedo con María’, y le tocó estar en el momento en que murió.”