Martes 30 de diciembre de 2025, p. 9
Saint-Tropez., Las exequias de Brigitte Bardot serán la próxima semana en Saint-Tropez, informó ayer su fundación, mientras Francia debate cómo homenajear a esta leyenda del cine que en sus últimos años adoptó posiciones de la extrema derecha.
La diva falleció el domingo a los 91 años en su casa de la pequeña ciudad portuaria mediterránea, donde había vivido retirada desde hace décadas. Los medios de todo el mundo publicaron homenajes y sus fotos más icónicas.
Su funeral se celebrará el 7 de enero en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Saint-Tropez y será seguido de un entierro privado y confidencial, indicó ayer a la Afp la Fundación Brigitte Bardot.
La ceremonia en la iglesia será retransmitida en pantallas instaladas en el puerto y en la plaza central de Saint-Tropez. Al término de la inhumación, está previsto un homenaje abierto a todos los habitantes de la localidad y a sus admiradores, detalló la fundación.
Bardot saltó a la fama en 1956 con la película Y Dios creó a la mujer y llegó a aparecer en unas 50 películas, convertida en ícono sexual y de la moda. Pero en 1973 dejó el cine para dedicarse a la lucha por los derechos de los animales.
Desde entonces sus vínculos con la extrema derecha suscitaron polémica. Fue condenada en cinco ocasiones por su discurso de odio contra los musulmanes, pero también contra los habitantes de la isla francesa de Reunión, a quienes describió como “salvajes”.
Bardot falleció antes del amanecer del domingo con su cuarto marido a su lado, Bernard d’Ormale, ex asesor de la extrema derecha.
Calificaciones de la derecha y la izquierda
El presidente francés, Emmanuel Macron, elogió a la actriz como una “leyenda” del cine del siglo XX que “encarnó una vida de libertad”.
Las figuras de la extrema derecha fueron de las primeras en lamentar su fallecimiento. Marine Le Pen, cuyo partido Agrupación Nacional está en lo más alto de las encuestas, la calificó de “increíblemente francesa: libre, indomable, íntegra”.
Bardot apoyó a Le Pen en las elecciones presidenciales de 2012 y 2017, y la describió como una “Juana de Arco” moderna que esperaba que pudiera “salvar” a Francia.
Sin embargo, pocos políticos de izquierda se han pronunciado sobre su fallecimiento.
“Brigitte Bardot fue una figura destacada, un símbolo de libertad, rebeldía y pasión”, declaró Philippe Brun, diputado del Partido Socialista, a la emisora de radio Europe 1, sin aludir a sus controvertidas opiniones políticas.
La diputada ecologista Sandrine Rousseau se mostró más crítica.
“Conmoverse por el destino de los delfines, pero permanecer indiferente ante la muerte de los migrantes en el Mediterráneo... ¿qué nivel de cinismo es ese?”, ironizó en la red social BlueSky.
Algunos, como el diputado de ultraderecha Eric Ciotti, piden un homenaje nacional, como el que se organizó en 2017 para la leyenda del rock francés Johnny Hallyday.
Bardot dijo en alguna ocasión que quería ser enterrada en su jardín con una sencilla cruz de madera sobre su tumba, igual que sus animales, y que quería evitar “una multitud de idiotas” en su funeral.
Bardot se crió en una familia católica y acomodada, se casó cuatro veces y tuvo un hijo, Nicolas-Jacques Charrier, con su segundo marido, el actor Jacques Charrier.
Tras abandonar el cine, se retiró a su casa de Saint-Tropez para dedicarse a la defensa de los derechos de los animales.
“Estoy muy orgullosa del primer capítulo de mi vida", declaró a Afp en una entrevista en 2024, antes de cumplir 90 años. “Me dio la fama que me permite proteger a los animales, la única causa que realmente me importa”.











