Al cumplirse 11 años y tres meses de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los familiares marcharon ayer desde la glorieta de Peralvillo a la antigua Basílica de Guadalupe para fortalecer su esperanza en la búsqueda de sus hijos.

Melitón Ortega, vocero de las familias, declaró que en el último año los padres y madres han sufrido desgaste emocional y de salud, e indicó que acudieron a la Basílica para “recuperar la fuerza, la energía y, sobre todo, a fortalecer la fe en que esta lucha vale la pena”.

Antes de ingresar al recinto religioso, reconoció que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo haya abierto la posibilidad de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) retome el caso Ayotzinapa, aunque acotó que a un año de su gestión “no hemos tenido resultados concretos”.

Durante la homilía, las familias de los normalistas encomendaron a la Virgen de Guadalupe su búsqueda de la verdad y ratificaron que seguirán luchando hasta alcanzar la justicia.

“Como madres y padres, nunca dejaremos de buscar a nuestros hijos, los amamos, los adoramos y los queremos volver a abrazar”, manifestó Hilda Hernández, madre de César Manuel.

Durante la misa en memoria de los estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, el obispo emérito Raúl Vera criticó la falta de cumplimiento de los compromisos del gobierno federal para esclarecer el caso ocurrido hace más de 11 años.

Frente a los padres y madres de los jóvenes, el sacerdote señaló que la administración anterior no pudo brindarles la verdad y justicia que han anhelado.

Además, el religioso los convocó a no cesar en su lucha, porque –subrayó– la principal responsabilidad del Estado es “dar cuenta de la justicia y paz” para los ciudadanos.