Grupo México, fin a un conflicto de odio // Arreglo en Gobernación // En puerta, plan para Cananea
ese a Germán Larrea, el hijo del “rey del cobre”, el conflicto minero en Cananea, Sonora, se arregló después de 18 años en los que el millonario se negaba a pagar lo que adeuda aún a los trabajadores.
Y hay quienes aseguran que también el gobernador Alfonso Durazo puso sus piedritas para que el acuerdo que daba fin al conflicto no se diera en las condiciones que se logró, aunque para los trabajadores el acuerdo establece ventajas mínimas.
Para el gobierno no fue nada fácil enfrentar el problema, resistencias y horas y horas de tejer y destejer acuerdos eran lo cotidiano en la mesa de trabajo que encabezó la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y que culminó con el anuncio de la presidenta Sheinbaum. Pero volvamos: pese a Germán Larrea, un hombre que, si son verdad las cifras que se tienen sobre sus riquezas, pagar lo justo a los trabajadores no le hubiera significado nada a su cartera.
Los datos que se tienen a partir de lo que publicó Forbes significan que Larrea se mete a la bolsa un promedio de 49.26 millones de dólares al día, lo que nos da casi 18 mil millones de dólares al año, mientras los trabajadores habrán de recibir por 18 años de huelga un poco más de un millón de pesos. Para ser más claros: lo que el dueño de la cadena de cines Cinemex pone en el banco día con día bastaba y sobraba para dar una mejor cantidad a los mineros.
Fue un conflicto de odio. Para el dueño del Grupo México, uno de los productores de cobre más importantes del mundo, los trabajadores no merecían ningún tipo de consideración y buscó de todas formas y con todos sus “contactos” deshacerse del problema. La mina duró 18 años cerrada y por tanto no producía, pero eso no le importaba. Lo significativo era impedir que la razón de los trabajadores triunfara.
Pero al final, la buena voluntad de la secretaria de Gobernación y la decisión de la PresidentA Sheinbaum se impusieron al odio de Larrea y su ejército de abogados que no pretendían soltar el conflicto si no era bajo sus propias condiciones.
Pero el asunto no para ahí, el gobierno habrá de anunciar un plan para Cananea que deberá obligar al millonario a reparar los daños, también ecológicos, que han causado sus negocios al medio ambiente sonorense, de los que el gobernador Durazo apenas está enterado.
De todas formas, el acuerdo de la semana pasada fue un gran paso, con el tope se avisa que ya no hay cómo burlar las obligaciones de ley. El caso Salinas Pliego y el de Larrea marcan, por fin, una muy interesante línea que no rebasará los millones de dólares.
Así que, se quiera o no, esa línea que en ningún gobierno se quiso trazar ya se dio en esta administración, y eso de todas formas habrá de llevar al país a terrenos de mayor justicia social. Eso, además, tendrá que ser parte de un estudio profundo que nos dé idea de que por fin está clara la ruta en el gobierno de Sheinbaum: Justicia, nada más justicia.
De pasadita
Será muy difícil calificar lo que pasa en la ciudad. A lo sucia y maloliente que se halla la capital del país, que además sufre, parece que sin remedio, de una epidemia de baches inacabables y de banquetas rotas, se añade el mal funcionamiento de los semáforos, ahora inservibles.
No estaría mal que desde el gobierno central se difundiera un enlace con alguna instancia para que la gente denuncie lo que le sucede a sus autos con los baches, o peor, los daños que sufren al caer por culpa de las banquetas rotas. Total, si no quieren arreglarlas, pues que paguen por los daños que causan.











