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2026, referéndum de la ultraderecha
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l 2026 será, sin duda, uno de los años más relevantes de la historia moderna. Los acontecimientos y los actores que resulten victoriosos definirán la primera mitad del siglo XXI. Sin duda alguna, el principal evento serán las elecciones de Estados Unidos, las cuales se tomarán como un referéndum sobre el gobierno de Donald Trump y el ascenso de la ultraderecha en el mundo. En noviembre, Estados Unidos renovará los 435 asientos de la Cámara de Representantes y 35 asientos de la Cámara de Senadores, las cuales actualmente se encuentran en control de los republicanos. Adicionalmente, se tendrán elecciones de gobernador en 36 estados, con California, Texas, Florida y Nueva York en las boletas. Trump y los republicanos MAGA tienen poco margen de maniobra. Deben refrendar la mayoría en la Cámara de Representantes y no perder ni un asiento en la de senadores, de lo contrario, la segunda mitad del mandato de Trump, así como los planes de una reelección en 2028, podrían verse totalmente acabados.

Trump tiene algo a su favor: no hay un consenso de oposición. El partido republicano continúa profundizando su fractura entre los MAGA y los republicanos “clásicos”. La “renuncia” de Marjorie Taylor Greene y el reciente acercamiento al progresismo de Mitt Romney (https://bit.ly/4qmwhB4 )pareciera acercar a esa ala a los demócratas de “centro”. El ala de la “izquierda” de los demócratas (ID), liderada por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, si bien ha logrado victorias relevantes, no logra posicionarse ante una generación de jóvenes que cada vez más se acercan al conservadurismo social y rechazan las políticas de inclusión y diversidad identitaria que son eje central de la generación milenial, los principales votantes de la ID. La elección este año de figuras de izquierda como Mamdani en Nueva York y de Katie Wilson en Seattle, dos de las ciudades más importantes de Estados Unidos y simbólicas por ser sede de los tecnofeudalistas que acompañan a Trump, deja claro que el asunto principal en la boleta es la desigualdad y el costo de la vida. El resultado de esa elección determinará en gran medida qué tanto la ultraderecha se consolida en el mundo.

Otro campo de batalla serán las elecciones en Latinoamérica. En 2025, vimos flagrantes ejemplos de intervencionismo como en Argentina y Honduras para asegurar que los candidatos ligados a la CPAC, Atlas Network y MAGA fueran los ganadores. En 2026, Latinoamérica tiene elecciones generales en Brasil, Colombia y Perú. Brasil y Colombia, con dos presidentes abiertamente de izquierda, serán, sin duda, un frente que el gobierno de Estados Unidos tendrá abierto de manera muy activa. Perú, por el otro lado, celebrará elecciones por primera vez desde el golpe de Estado que se dio para remover a Pedro Castillo. Estas elecciones podrían reconfigurar totalmente el mapa electoral de Latinoamérica, actualmente dividido por la mitad entre la izquierda y la derecha, pero, sobre todo, confirmarán la capacidad real de Estados Unidos de intervenir en las elecciones de otros países.

Europa probablemente verá elecciones adelantadas en Reino Unido, Alemania y Francia. En los tres países existe un riesgo real de que la ultraderecha gane.

México sólo tiene en 2026 elección local al Congreso de Coahuila. Pero el escenario ahora está mucho más claro rumbo a las elecciones intermedias de 2027 y al 2030 (para más información, les recomiendo el artículo que escribí el año pasado en https://bit.ly/3J6Vuzw).La ultraderecha continúa agrupándose en torno a un candidato, Ricardo Salinas Pliego; el PAN abrió sus puertas, probablemente se sume Somos Mx, el nuevo partido que agrupa lo que resta de la “marea rosa”, y la gran incógnita es México Republicano.

Para México, la relación con Estados Unidos, y el tono de dicha relación, será algo que estará presente en 2026. Trump, derivado de todos los procesos electorales que tendrá Estados Unidos, aumentará la retórica conforme más se acerquen dichas elecciones y conforme los resultados le vayan siendo favorables. Debemos esperar mucho ruido y amenazas derivado de la revisión del T-MEC, la cual dará inicio el 1 de julio de 2026, y que sin duda será utilizada por Trump como parte central de la campaña para avivar a sus bases electorales. El resultado de dicha revisión será decidir si se extiende la vigencia por 16 años.

Central en todo esto es la relación de China con Estados Unidos, país que endurece su política exterior en Latinoamérica y Europa (https://bit.ly/44DuEX8) porque ha reconocido que ya no existe un mundo unipolar. China ha ganado todas las batallas comerciales y tecnológicas, y está ganando la narrativa con los países del Sur global. En 2026, veremos una China con mayor independencia y autonomía, a raíz de la obtención de dicho país de la capacidad de crear máquinas de litografía ultravioleta (fábricas de chips), que era realmente el último sector que Occidente controlaba con el monopolio de ASML en Países Bajos. El poderío tecnológico ya no se encuentra concentrado en un solo bloque, y eso se vuelve clave para entender la retracción de Asia de Estados Unidos.

Sin duda, 2026 será un año lleno de definiciones y desafíos. La izquierda global debe dejar atrás la tibieza para realmente consolidar y profundizar un proyecto que cambie las condiciones estructurales de las sociedades. De lo contrario, se le abrirá la puerta a la ultraderecha, como pasó en Chile.

X: @aloyub