Expulsan a soldados y agentes que pretendían destruir sistema de riego // Se reaviva tensión con Tetela del Volcán
Lunes 22 de diciembre de 2025, p. 29
Puebla, Pue., Efectivos del Ejército Mexicano, de la Guardia Nacional (GN), así como de las policías estatal y municipal de Tochimilco, ingresaron el sábado anterior con maquinaria pesada al paraje Chiapan, en la comunidad indígena San Antonio Alpanocan, a fin de destruir un sistema de riego comunitario instalado junto al río Amatzinac. Sin embargo, los pobladores impidieron los trabajos y los obligaron a retirarse.
Ayer solicitaron la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para dar solución a una dispu-ta por agua y territorio que data de 20 años en los límites entre los estados de Puebla y Morelos.
Habitantes realizaron ayer una asamblea comunitaria, en la cual acordaron pedir al gobierno federal la solución a cinco puntos fundamentales, entre ellos que la Federación se ocupe del conflicto limítrofe, ante la omisión de las autoridades estatales y que cese el hostigamiento contra los defensores del territorio y el agua de Alpanocan.
Asimismo, demandaron suspender los procesos legales contra cinco lugareños, a quienes consideraron víctimas de “delitos fabricados”, resultado de la pugna con el pueblo de Tetela del Volcán, en Morelos.
Además, exigieron la reactivar mesas de negociación, sin la presencia intimidatoria de fuerzas armadas y que haya garantía de acceso al recurso hídrico para uso doméstico y agrícola, vital para esta zona catalogada de alto grado de marginación. Advirtieron que no aceptarán acciones unilaterales ni represivas.
Expusieron que mantienen su disposición al diálogo, y responsabilizaron al gobierno de Puebla por cualquier vulneración a la paz social o a la integridad de sus habitantes. A la fecha no ha habido un pronunciamiento oficial sobre los hechos denunciados por la Secretaría de Gobernación poblana, ni de las administraciones estatales implicadas.
Incursión de madrugada
La madrugada del sábado la comunidad de Alpanocan vivió momentos de tensión ante las llegada de uniformados al paraje Chiapan.
Cerca de las 3 horas de ese día el sonido de las campanas del pueblo rompió el silencio, alertando a los residentes sobre la entrada de maquinaria pesada y un despliegue de 32 patrullas (20 estatales, cinco del Ejército, cinco de la GN y dos municipales).
En minutos, al menos 500 pobladores se congregaron en los límites territoriales para frenar las maniobras de los militares y policías en el río Amatzinac. El operativo fue encabezado por el director general de Gobierno de la Secretaría de Gobernación poblana, Isauro Rendón, y el delegado de la zona, Omar Escamilla.
Llamó la atención que el ingreso de las fuerzas federales y estatales a Alpanocan se dio horas después de una posada y verbena popular que la comunidad organizó en las calles. Ante la presión social y el riesgo inminente de un choque violento, las fuerzas del orden se vieron obligadas a retirarse de la zona sin cumplir el objetivo de cerrar las excavaciones para un sistema de riego.
Lugareños denunciaron que este despliegue se realizó sin consulta previa, con el objetivo de desmantelar una obra comunitaria diseñada para mitigar las sequías que afectan a los campos agrícolas de la región.
“Ingresaron en plena oscuridad como delincuentes. El gobierno preparó esta acción sin ni tomar en cuenta al pueblo”, lamentaron líderes comunitarios, quienes calificaron la postura oficial de una persecución a su lucha social. Señalaron que este incidente rompe los acuerdos de neutralidad establecidos antes, y reaviva la tensión con la comunidad vecina de Tetela del Volcán.
Residentes de Alpanocan señalaron directamente la “incompetencia e irresponsabilidad” de los gobiernos de Puebla y Morelos; los acusaron de ser incapaces de resolver el conflicto territorial que comenzó a principios del siglo XXI.
“Estas acciones forman parte de un patrón de racismo y discriminación estructural por pertenecer a la etnia indígena nahua”, dijeron tras apelar al artículo 2 de la Constitución federal sobre el derecho a la libre determinación y protección de bienes comunes.
Sostuvieron que mientras se les presiona para cerrar sus zanjas ubicadas junto al río con fines de riego agrícola, a Tetela del Volcán se le tolera excavar pozos clandestinos e instalar viveros en áreas cuya soberanía territorial se halla en disputa.
A pesar de la tensa calma entre Alpanocan y Tetela del Volcán, las mesas de negociación entre Puebla y Morelas se encuentran suspendidas desde agosto pasado, lo que ha dejado un vacío institucional que los locales intentan llenar con la defensa física de su territorio.
El conflicto por el río Amatzinac es un problema histórico que ha derivado en enfrentamientos en años anteriores. Apenas el martes anterior, Alpanocan rechazó formalmente una petición de la Secretaría de Gobernación de Puebla para cerrar sus zanjas voluntariamente, argumentando que la autoridad no es “pareja” al no exigir lo mismo a la contraparte morelense.
Luego de la incursión de militares, guardias nacionales y policías, la zona del río donde se encuentra la obra comunitaria permanece bajo estricta vigilancia del pueblo.
Moradores advirtieron que no darán marcha atrás, y exigieron la reactivación inmediata de mesas de diálogo con los gobiernos poblano y de Morelos.
Adelantaron que de continuar las “provocaciones” con el uso de la fuerza pública, la disputa por el agua y el territorio podría escalar hacia consecuencias irreversibles para ambas poblaciones.











