Entre las comisiones de participación ciudadana (Copaco) hay un trato diferenciado por parte de las alcaldías según la afinidad política de sus integrantes, revela un estudio realizado por el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM).

Con el propósito de conocer las condiciones reales con las cuales operan las Copacos –órganos de representación comunitaria cuyos integrantes son votados por los propios vecinos–, se realizó un estudio con grupos focales en el que se detectó la falta de coordinación, trato desigual y opacidad con las alcaldías, “aspectos que, en la mayoría de los casos, se relacionan con la afinidad política de las personas integrantes”, según percibieron éstas.

En la capital del país existen mil 769 copacos en funciones en las 16 alcaldías.

La relación con las autoridades locales se caracteriza por prácticas que dificultan la operación cotidiana y limitan el cumplimiento de sus funciones. Por ejemplo, entre los problemas más recurrentes destacan oficios entregados sin número de folio que son ignorados o permanecen sin respuesta durante semanas o incluso meses, como reuniones, programas que no se concretan, gestiones que dependen de la “buena voluntad” de una persona funcionaria, falta de acompañamiento institucional en verificaciones, reuniones o actividades comunitarias.

Se detectó opacidad en lo procesos de contratación y licitación relacionados con el presupuesto participativo, el cual fue de 2 mil 143 millones 295 mil 975 pesos para 2025, distribuido entre todas las demarcaciones. También hay trato diferenciado hacia los integrantes de las Copacos según su afinidad política percibida de sus integrantes; desconocimiento de atribuciones y utilidad de la Copaco por personal operativo de las alcaldías.

El documento refiere que esta combinación de desatención, falta de transparencia y politización sitúa a las comisiones en una posición particularmente vulnerable, sin que los ciudadanos tengan mecanismos efectivos para exigir información o garantizar el cumplimiento institucional de las labores de las alcaldías.

“Las Copaco se encuentran sin herramientas para demandar transparencia o recibir el apoyo necesario para desempeñar sus labores, lo que afecta directamente su legitimidad y capacidad de incidencia comunitaria, generando impotencia y erosionando la relación con las alcaldías”.