▲ Ubicada en su lugar original, de donde hace tiempo desaparecieron la mayoría de los vestigios de la antigua Roma, la columna de Marco Aurelio está siendo sometida a un proceso de restauración y limpieza con láser para eliminar décadas de suciedad de este monumento, uno de los más antiguos de la ciudad. Construida en el siglo II dC, después de la muerte del emperador para conmemorar sus victorias de los años 161 al 180, contra los germanos y los sármatas, se eleva hasta una altura de casi 40 metros de mármol blanco de Carrara, sobre el que se esculpió un friso con más de 2 mil figuras de dioses, soldados y bestias, que representan la violencia de la guerra y entre las que el propio Aurelio aparece varias veces. La primera restauración se llevó a cabo a finales del siglo XVI, por indicaciones del papa Sixto V, quien sustituyó la estatua original de Marco Aurelio por una de San Pablo, la cual permanece allí. La restauración empezó en marzo y terminará a principios del año entrante. Foto Ap