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Tenorio Júnior, la vida por delante
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▲ Portada del álbum Embalo, grabado por Tenorio Jr en 1964.Foto
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de diciembre de 2025, p. a12

A las tres de la mañana del 18 de marzo de 1976, Francisco Tenorio Cerqueira Júnior salió de la habitación de su hotel en Buenos Aires. Dejó este mensaje manuscrito en un papel sobre el buró: “Voy a comprar cigarros, ahorita vuelvo”. Nunca regresó.

El mundo perdió esa madrugada a uno de los más grandes exponentes de la música brasileira.

La historia de esa desgracia es digna de una película, que de hecho existe. La filmó el director español Fernando Trueba después de años de investigación y después de entrevistar a la viuda del músico y a sus hijos y a sus amigos.

Lo que en principio sería un documental, terminó siendo una película de animación que se estrenó hace un par de años. También existe como novela gráfica, publicada por Random House. El título: Dispararon al pianista.

En clara paráfrasis del filme de François Truffaut, de 1960, Disparen sobre el pianista (Tirez sur le pianist), protagonizada por Charles Aznavour.

En la madrugada del 18 de marzo de hace casi 50 años, faltaban exactamente seis días para el golpe de Estado en Argentina, ocurrido a las tres de la mañana del 24 de marzo de 1976.

Era precisamente a las tres de la mañana cuando los militares realizaban detenciones en las calles, contra supuestos comunistas y opositores.

Nuestra compañera Stella Calloni, corresponsal de La Jornada en Argentina, emitió en su momento la hipótesis correcta: a Francisco Tenorio Cerqueira Júnior lo confundieron con otra persona y como él ya había visto la cara de sus captores, lo ejecutaron.

Testigos declararon que un grupo de cuatro hombres bajaron de un Ford Falcon e hicieron que Tenorio Jr subiera por la fuerza y desaparecieron en la bruma de la madrugada.

Tenorio Jr, nombre artístico de nuestro personaje, usaba el pelo largo, saco de pana, lentes de armazón gruesa, barba crecida. Respondía perfectamente al estereotipo de “zurdo”, como llaman en Argentina a los luchadores sociales.

Estaba de gira con Vinicius de Moraes y con Toquinho, otras dos figuras fundamentales del gran movimiento de bossa nova.

Toda la comitiva artística brasileña estaba hospedada en el hotel Normandie, ubicado en Rodríguez Peña 320, esquina con Sarmiento, a unos metros de la avenida Corrientes y a unas cuadras del Obelisco.

Como pasaban las horas y no regresaba Tenorio Jr, el maestro Vinicius de Moraes, poeta, pianista, compositor y diplomático, comenzó a hacer llamadas telefónicas a sus amigos diplomáticos. Sin éxito. El resto de su vida la pasó buscándolo. Sin éxito.

El 20 de marzo de 1976, dos días después de aquella misteriosa madrugada, apareció un cuerpo con muchos impactos de bala en un terreno baldío en la ruta Panamericana esquina con Belgrano, en el barrio de Don Torcuato, un suburbio de Buenos Aires a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad.

Existen muchas versiones encontradas en torno a la tragedia de Tenorio Jr, una de ellas hace decir a un médico de la policía que no era necesaria la autopsia porque “las causas de la muerte son evidentes”, y que había sido torturado.

Otra versión afirma que el cadáver de Tenorio Jr Fue enterrado en la sección D, tablón 8, sepultura 42 del cementerio municipal de Benavídez.

Lo cierto es que al desaparecer, Tenorio Jr tenía 35 años de edad, cuatro hijos y su esposa, Carmen Cerqueira Magalhaes, estaba embarazada. Ese quinto hijo nació meses después de la desaparición del papá.

El poeta Vinicius de Moraes escribió el siguiente epitafio para ponerlo en la lápida de Tenorio Jr si es que aparecía su cuerpo y ese texto se podría poner, dijo Vinicius, a todos los desaparecidos por la dictadura:

Nao vos vejo em paz,
nem vos penso bem.

Na minha saudade
sinto que vagais
ao lado de alguém
pela eternidade.

El 13 de septiembre de 2025, el Equipo Argentino de Antropología Forense anunció haber identificado el cuerpo de Tenorio Jr a través de sus huellas dactilares. Los peritos forenses estimaron que la muerte del músico ocurrió hasta 48 horas antes de que la policía argentina lo encontrara. Esto significa que el asesinato podría haber ocurrido la misma noche en que Tenorio Jr desapareció en las calles de Buenos Aires, secuestrado y ejecutado por militares argentinos.

El Equipo Argentino de Antropología Forense es una institución científica, no gubernamental, castigada por cierto por Milei en fechas recientes, encargada de la búsqueda, recuperación e identificación de personas desaparecidas.

Ese equipo llegó a conclusiones: Tenorio fue enterrado en el cementerio de Benavídez, donde fueron trasladados muchos cadáveres encontrados en la vía pública durante la represión militar argentina.

Gracias a la información documental, se sabe que la mayoría de los casos pasaron al osario; es decir, acabaron en fosas comunes del cementerio.

El cuerpo de Tenorio Jr no ha podido ser recuperado porque se cree que desde octubre de 1982 esa sepultura fue ocupada por los restos de otras personas.

El proceso de arqueología duró más de una década, a través de identificaciones del ADN que es posible extraer de los restos hallados en sepulturas o cementerios, y otra más compleja que se logra con un software especial a través del cotejo de huellas dactilares que obran en registros públicos.

En el caso de Tenorio Jr había un juego de huellas dactilares que pudo ser comparado y así lograr su identificación.

El otro ADN de Tenorio Jr, con el que pasó a la posteridad, es su alta condición como uno de los grandes de la música de Brasil. Surgió de los barrios de Copacabana, donde solía tocar en el Beco das Garrafas, uno de los lugares donde surgió el bossa nova.

Solamente alcanzó a dejar grabado un disco, que recomiendo ampliamente: Embalo, que registró en 1964, cuando tenía 23 años.

Curiosamente, émbalo en portugués significa “canción de cuna”, pero también quiere decir “swing”, características ambas de su música.

Un año antes participó en el disco Arte maior, de Leny Andrade, mientras 1964 fue su año de mayor actividad discográfica: É samba novo, de Edison Machado; O LP, con su grupo Os Cobras; Vagamente, de Wanda Sá, y Desenhos, en 1966, de Victor Assis Brasil.

Existe una fotografía precisamente de 1964 de un concierto que dio en Buenos Aires con su trío acústico: el bajista Zezinho Alves y el baterista Pocho Lapouble y Tenorio Jr, al piano, en una pose idéntica a la de su ídolo Bill Evans: pelo corto, lentes de armazón negra gruesa y el rostro casi hundido en el teclado.

Así vio Tenorio a Bill Evans en vivo, durante un concierto que el pianista estadunidense ofreció en Río de Janeiro y así adoptó su pose al piano.

Lo que hacía Tenorio era conocido como “samba jazz”, muy en boga entre sus camaradas Eumir Deodato, Zimbo Trio, Tamba Trio y Edison Machado.

Uno de los expertos de la música brasileña, Carlos Galilea, cuenta que cuando Ella Fitzgerald se presentaba en Copacabana, no regalaba piezas luego de terminar su concierto porque le urgía atravesar la calle para entrar a los clubes donde esos músicos hacía su samba jazz, que tanto a ella le gustaba. Tenorio Júnior figuraba entre los músicos favoritos de la reina Fitzgerald.

El musicólogo Ruy Castro ubica a Tenorio entre los abanderados del “hard bossa nova”, variante del samba jazz.

Tenorio practicaba también los preceptos del bebop y los llevaba al bossa nova. Eso es evidente en su único disco, Embalo, donde es notable por supuesto la influencia de su admirado Bill Evans.

Dice Carlos Galilea: “Tenorio suena como si Horace Silver o Herbie Hancock se quedasen engatusados con los atardeceres de Río de Janeiro. Tenorio era muy talentoso. Le quedaban 50 años por delante”.

La madrugada de hace casi 50 años, en cambio, la Operación Cóndor dirigida desde Estados Unidos por Henry Kissinger y que orquestó los golpes de Estado en América del Sur, nos dejaron sin los 50 años que le quedaban por delante a Tenorio Jr, pero tenemos por delante su música, en la que podemos disfrutar, como medida de resiliencia, su clara vocación de alegría de vivir.

X: @PabloEspinosaB

disquerolajornada@gmail.com