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Obra de Ana Frank envuelta en un pañuelo palestino en museo alemán genera fuerte polémica

El recinto ya aceptó exhibir textos con críticas de la comunidad judía al lado de la controversial pintura

 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de diciembre de 2025, p. 4

Potsdam. ¿Profanación de la memoria, sospecha de antisemitismo o libertad artística? Mientras organizaciones judías reaccionan con indignación, la fiscalía ya se ocupa de una denuncia penal. Sin embargo, el museo no quiere retirar el retrato.

La polémica en torno a la exposición COMUNE - La paradoja de la similitud en el conflicto de Cercano Oriente, del artista italiano Constantino Ciervo, ha confrontado al museo privado y la comunidad judía de la ciudad de Potsdam.

La embajada de Israel en Alemania calificó la imagen de la joven judía como una “deslegitimación de Israel y relativización del Holocausto”.

Ana Frank vivió en un escondite en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial y escribió allí su célebre diario. Tras ser descubierta dos años después, murió en 1945 en el campo de concentración nazi de Bergen-Belsen.

Las autoridades del museo Fluxus+ aseveraron que el retrato es “símbolo de condena a la violencia”. En la exposición, Ana Frank aparece con el pañuelo palestino kufiya sobre los hombros, escribiendo en una tablet.

Constantino Ciervo, quien vive en Berlín y es conocido por sus obras controvertidas, argumentó que así quiere abordar la cuestión del genocidio. Además, con este proyecto busca “estimular una reflexión crítica sobre los conflictos y los puntos en común que conectan a culturas aparentemente muy alejadas entre sí”.

Como reacción a la polémica, a fines de noviembre el museo colocó junto a la imagen de Ana Frank una declaración en la que, entre otras cosas, se afirma: “Su memoria como víctima del Holocausto no solo representa el recuerdo de la Shoá, sino que es un símbolo universal de condena a la violencia”.

Piden que se retire el cuadro

Mientras el recinto se niega a descolgar el retrato en la plataforma X, la embajada de Israel califica como lamentable su exhibición y un ejemplo paradigmático de tendencias en la escena cultural. “Bajo el manto de la libertad artística se normalizan la tergiversación de la historia, el antisemitismo y, en última instancia, también el terrorismo”, criticó.

“La alternativa más sencilla sería retirar este cuadro. Hiere los sentimientos de la comunidad judía”, indicó el comisionado contra el antisemitismo del estado federado de Brandeburgo, Andreas Büttner, quien se involucró hace semanas. El museo rechazó esa posibilidad.

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▲ Las autoridades del Fluxus+ aseveran que el retrato es símbolo de condena a la violencia.Foto Dpa

“Una intervención en el contenido de la exposición y retirar obras no entra en consideración”, afirmó el director ejecutivo del Fluxus+, Tamás Blénessy, quien al mismo tiempo negó las acusaciones de antisemitismo.

Como propuesta de solución, ahora se plantea que la comunidad judía elabore a su vez un texto con sus críticas y que se exhiba para su lectura junto al retrato de Ana Frank. “Lo hemos aceptado”, dijo Blénessy a Dpa .

También se había considerado la posibilidad de colgar una cortina delante de la imagen con una “advertencia de contenido sensible”.

En la exposición, que se extiende hasta el 1 de febrero de 2026, varios retratos de figuras palestinas delante de mapas son transformados mediante inteligencia artificial en “dobles” visuales. Las mismas personas aparecen representadas, entre otras cosas, con la estrella de David

Denuncia penal, intento de intimidación

En torno a una denuncia penal que ya fue interpuesta, los directivos del recinto señalaron que es intento de intimidación.

Sin embargo, la Central de Bienestar de los Judíos en Alemania señaló que una libertad artística ejercida a costa de grupos vulnerables no fomenta la cohesión social ni contribuye a la paz, según publicó el martes el diario Potsdamer Neuesten Nachrichten.

Recalcó que “más bien aviva las brasas en una atmósfera en la que las judías y los judíos están expuestos, desde el 7 de octubre de 2023, a una escalada de violencia de una magnitud sin precedentes”.

La fiscalía de Potsdam no quiso pronunciarse por el momento sobre la denuncia penal presentada ni sobre el contenido de la acusación.

El museo calificó el paso jurídico como un intento de “intimidarnos a nosotros y al artista”, aunque Blénessy señaló que hay disposición a un “diálogo en pie de igualdad”, mientras que la alcaldesa de la ciudad, Noosha Aubel, propuso intervenir como mediadora.