París. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió ayer librar la “guerra” contra los narcotraficantes durante una visita a Marsella, la segunda ciudad más importante del país y una de las más afectadas por las consecuencias del comercio ilegal de drogas.

Macron visitó la tumba de Mehdi Kes, un joven cuyo asesinato hace un mes –probablemente para intimidar a su hermano que denunció la influencia del narcotráfico– conmocionó al país.

Este año se han registrado 17 asesinatos en Marsella, frente a 24 el año pasado y 50 en 2023.

En un intercambio con lectores del diario regional La Provence, Macron prometió una “guerra contra las redes que matan a jóvenes inocentes para intimidar e infundir miedo”.

También aseguró que quiere ir a buscar “en los países donde están los líderes de las redes, la cooperación necesaria para poder incautar sus bienes, detener a los cabecillas y llevarlos ante la justicia”.

En cuanto a los consumidores, el presidente anunció que la multa fija por consumo subirá a 500 euros (588 dólares), frente a los 200 actuales (235 dólares).

Amine Kessaci, un joven activista de 22 años cuyo hermano Mehdi fue asesinado el 12 de noviembre por dos hombres, lanzó el martes en la radio Ici Provence un “llamado a las autoridades” a “una convención ciudadana contra el narcotráfico”.