Lunes 15 de diciembre de 2025, p. 28
Damasco. Las autoridades de Siria detuvieron a cinco sospechosos de tener vínculos con el tiroteo del sábado contra soldados estadunidenses y sirios en la ciudad de Palmira, en el centro del país, informó ayer el ministerio del Interior.
Dos militares y un intérprete civil murieron en manos de un atacante que apuntó a un convoy de fuerzas de Estados Unidos y de Siria antes de ser abatido. El ministerio sirio describió al atacante como un integrante de las fuerzas de seguridad sospechoso de simpatizar con Estado Islámico.
El ataque se produjo apenas un mes después de que Siria anunció la firma de un acuerdo de cooperación política con la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico que coincidió con la visita del presidente sirio, Ahmed al Sharaa, a la Casa Blanca.
“Nuestras unidades llevaron a cabo una operación de seguridad precisa y decisiva en la ciudad de Palmira, tras un cobarde ataque terrorista perpetrado ayer por un individuo afiliado al Estado Islámico”, indicó el ministerio del Interior sirio en un comunicado.
La operación se llevó a cabo en plena coordinación con el Servicio General de Inteligencia y las fuerzas de la coalición internacional, y dio lugar a la detención de cinco sospechosos, que fueron remitidos inmediatamente para ser interrogados”.
Tres soldados estadunidenses resultaron heridos en el ataque, según el mando central del ejército. La agencia de noticias estatal siria Sana aseguró que dos miembros del personal de servicio sirio también resultaron heridos.
El ministerio del Interior sirio señaló que había evaluado al agresor pocos días antes del ataque y había llegado a la conclusión de que podría tener ideas extremistas. Estaba pendiente de una decisión sobre su futuro.
La coalición encabezada por Estados Unidos ha efectuado ataques aéreos y operaciones terrestres en Siria contra sospechosos del Estado Islámico en meses recientes, a menudo con la participación de las fuerzas de seguridad locales. El mes pasado también se realizó una campaña nacional en la que detuvo a más de 70 personas acusadas de vínculos con el grupo.
Estados Unidos tiene soldados en el noreste de Siria como parte de un esfuerzo de una década para luchar contra el Estado Islámico, que controló franjas de este país e Irak entre 2014 y 2019.
El gobierno sirio está dirigido ahora por antiguos rebeldes que derrocaron al líder Bashar al Assad el año pasado, tras 13 años de guerra civil, incluidos los integrantes de la antigua rama siria de Al Qaeda que rompieron con el grupo y se enfrentaron al Estado Islámico.












