Propiedad de Fernando García SAda
Pese a demandas, sigue operando // Afectados señalan complicidad de bancos y reguladoras financieras
Domingo 14 de diciembre de 2025, p. 8
“Me van a quitar todo lo que puedan”, dice, llorando, Juana Elena López Becerra, luego de ser víctima de la financiera Préstamo Feliz, que le otorgó un préstamo de 80 mil pesos, el cual pagó, y ahora pretenden cobrarle más de 230 mil pesos, en un claro intento de estafa.
Juana Elena no es la única víctima de esta Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom) supuestamente supervisada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), institución acusada por los afectados de ser “cómplice” de las estafas denunciadas, y aunque también está regulada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) las víctimas se encuentran en la indefensión.
En México existen alrededor de 3 mil 12 Sofom en operación, pero la mayoría son entidades no reguladas (ENR) y sólo 38 por ciento sí lo están.
Préstamo Feliz o Préstamos Felices en 15 minutos, SAPI de CV, Sofom, ENR, es una casa de préstamos orientada a empleados, especialmente a pensionados del sector público con cargo automático a sus cuentas de nómina en distintos bancos. La financiera inició operaciones en 2000 y fue regulada por Condusef hasta 2015, con clave de registro 692848.
La empresa es propiedad del regiomontano Fernando García Sada, de San Pedro Garza García, Nuevo León, donde se encuentra su matriz, la cual fundó su padre Eduardo García Alanís. El pasado 15 de mayo una jueza federal admitió una solicitud de concurso mercantil interpuesta en el expediente 6701/2025, promovida por los fondos internacionales CRC Capital Release Fund LTD y CRC Single Investor Fund VI, LTD, entre otros, que argumentan que incumplió condiciones de créditos, los cuales sumarían varios cientos de millones de dólares.
El juzgado segundo de distrito en materia de concursos mercantiles con sede en la Ciudad de México dictó una medida de arraigo domiciliario, aunque García Sada se amparó y obtuvo una suspensión para impedir el acceso a sus estados financieros.
El empresario gestionó dos juicios de amparo indirecto, uno por la admisión, promovido por Recoge Cobranza Estrategica, SC, que se ventila ante el juzgado primero de distrito del estado de Zacatecas, y otro por la orden de arraigo promovido por Fernando García Sada, ante el juzgado primero de distrito en materia de concursos mercantiles.
A pesar de las denuncias en las fiscalías y las quejas de usuarios por presunto fraude y robo de su dinero, Préstamo Feliz, del Grupo BanFeliz, ha seguido operando en decenas de oficinas en el país y el extranjero. Más aún, hace seis meses recibió autorización de la CNBV para adquirir el Banco Forjadores, SA, institución de banca múltiple especializada en prestamos.
Impunidad y complicidad
Juana Elena representa el eslabón más débil de la cadena de denuncias contra la financiera. Vive en Tlajomulco de Zúñiga, municipio del área metropolitana de Guadalajara, Jalisco. Estuvo casada y dice que durante años mantuvo a su ex marido, quien finalmente se negó a darle pensión cuando se separaron. “Sufrí todo tipo de violencia”. Trabajó 27 años en el Instituto Mexicano del Seguro Social; primero en intendencia y luego de secretaria. Tiene dos hijos y cuatro nietos.
Expresa que hace dos años recibió tres prestamos de Préstamo Feliz por 15 mil, 25 mil y 54 mil pesos. En total, 94 mil pesos a pagar en 24 mensualidades. Le ayudó a gestionarlo el agiotista Juan Herrera García, quien le pidió 5 mil pesos, pero sólo le pagó 3 mil. Le pidió comprobantes de domicilio, su credencial de elector, copia de recibos de nómina de los últimos meses y dos estados de cuenta de la institución bancaria donde se deposita la pensión para aplicar los descuentos mensuales.
“A los cuatro meses fui a liquidar los tres préstamos, pero me dijeron que tenía que esperar siete meses para pagar. Esperé, pero cuando fui me salieron con que tenía que esperarme otros meses. Es obvio que querían cobrarme intereses, no les convenía que les pagara antes. Nomás me estaban llevando a plazos”, dice en entrevista con La Jornada.
Los descuentos de Préstamo Feliz continuaron en su cuenta de Banamex, donde le depositan su pensión. “Empecé a enfermar. He estado hospitalizada, por eso quería liquidar antes y le hablé a la muchacha de Préstamo Feliz; me dijo que no podía recibirme. Salí mal del corazón, me atendí por fuera porque no había medicamento, ni aparatos para hacerme los estudios”.
Añade: “Estuve mermando dinero del préstamo. Antes sí les podía pagar, pero después ya no podía liquidar totalmente, aunque ellos seguían descontando los pagos en mi cuenta bancaria, y después de liquidar el total continuaron con diferente razón social. Pedí los estados de cuenta a Banamex. Lo bueno es que no me dormí y me di cuenta de que empezaron a rebajarme otras empresas; los descuentos no aparecían con el nombre de Préstamo Feliz. Les dije a los empleados del banco ‘yo a ellos no les debo nada’”.
Cuando Juana Elena fue a reclamar, le mostraron una carátula con el número 20847667, en la que se estipula que debe aún su préstamo por 89 mil 200 pesos, con una tasa de interés fija anual de 99 por ciento y una deuda de 230 mil 593 pesos. “Mi sorpresa fue ver ese papel membreteado de Préstamo Feliz, donde claramente falsificaron mi firma. Son unos tramposos, me engañaron, han abusado de mi ignorancia y de mi buena voluntad, con dolo”.
Juana Elena llora desconsoladamente porque ha denunciado la injusticia que sufre y ninguna institución la apoya. En Condusef, la chica que la atendió le aseguró que no hay nada que hacer. “No te puedo ayudar porque ahí está el contrato y tú lo firmaste”, le dijo, a pesar de que le explicó que esa no era su firma y el documento era apócrifo.
“Luego fui a interponer una denuncia ante la Fiscalía de Jalisco y me dijeron que no se trata de un delito de fraude, sino de una suplantación de identidad porque la firma es falsa. Por ahora, el banco me está apoyando para que no me descuenten más. Ellos me van a quitar todo lo que puedan.”
Relata que la han dejado sin pensión porque le vacían su cuenta de 8 o 10 mil pesos: “Son ganas de fregar. Me quieren quitar todo. Pedí esos préstamos por necesidad. No se vale”.
También presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco y le dijeron que había muchas víctimas de Préstamo Feliz en la misma circunstancia: “En Condusef me dijeron lo mismo, que había muchas personas quejándose de esa financiera. ¿Cómo es posible que nadie me pueda ayudar si estoy presentando todas las pruebas de esta estafa?”, lamenta.
De acuerdo con cifras de Condusef, en los primeros seis meses de 2023 hubo 43 mil 191 quejas por abusos de este tipo de financieras: “No sé cómo Préstamo Feliz sigue trabajando como si nada, somos cientos los afectados. Yo estoy con un siquiatra y medicamentos porque no duermo. Siempre he tenido muchas necesidades y todo lo que he hecho es con préstamos, pero ahora ya aprendí la lección: son unos abusivos; no buscaré ni un préstamo más”.
Zopilotes afuera de dependencias
En tanto, Ruth López Hernández, maestra jubilada de 65 años, originaria de Tabasco y radicada en Monterrey, Nuevo León, cuenta que hace nueve años sufrió un accidente automovilístico y tuvo que pagar atención en un hospital particular, por lo que pidió un crédito por 32 mil pesos a Préstamo Feliz. “Me jubilé con apenas 11 mil pesos con plaza base de maestra. Es una auténtica baba de perico lo que nos dan”.
Dice que el préstamo lo pagó en año y medio, pero la financiera seguía descontándole cantidades en Bancomer, donde le depositan su pensión. “Yo soy de la verdadera izquierda, caminé al lado de Andrés Manuel López Obrador cuando el pacto ribereño en Tabasco, y con todo lo que hacen estos mafiosos en México, todo estaba confabulado. Los bancos son cómplices. Me cambié de banco varias veces, pero seguían con sus mañosidades y hace tres años en diciembre me tumbaron todo mi dinero en el banco HSBC; me dejaron sin aguinaldo ni pensión”.
Señala que acudió personalmente a reclamar, pero no quisieron ayudarla, por lo cual se cambió a Bancomer: “Hace dos años volvieron a quitarme dinero en diciembre; otra vez el aguinaldo y mi pensión. Fueron 17 mil pesos. Me dejaron con 5 mil pesos en la cuenta”.
A continuación fue a Bancomer y habló con el gerente: “Le dije ‘no se vale que los bancos están aliados con esta financiera para fregar a los que menos tenemos’. Ese mismo día me regresaron el dinero, completito”.
Sin embargo, a los seis meses le hicieron lo mismo y le descontaron 11 mil pesos: “Fui al banco y me lo devolvieron otra vez y me aseguraron que ya no lo iban a permitir, y así ha sido hasta el día de hoy, afortunadamente”.
Luego se enteró de que al dueño de Préstamo Feliz lo habían denunciado y se puso a investigar. “Quise sacar una tarjeta en Liverpool y me dijeron que esos desgraciados me tienen en el Buró de Crédito con más de 100 mil pesos, y sin deber nada”.
Añade: “En estos años he conocido a muchas víctimas de esta financiera. Se ponen como zopilotes afuera de las secretarías de Educación o de Gobierno; en las delegaciones del IMSS, Issste, el Isset en Tabasco y en toda la república, dando papelitos para que uno se enganche a pedir préstamos”.
Ruth pide cerrar esa financiera y otras muchas que abusan de la gente sin castigo alguno. “Es pura impunidad, y lo peor es que se meten con puras personas de la tercera edad, jubilados. Hay un maridaje entre esta financiera y las instituciones, un cochinero. Si nos unimos podríamos meterlos a la cárcel porque son rateros. ¿Dónde está el estado de derecho?”, pregunta.












