raíz del cierre de gobierno en Estados Unidos, sostenido por Trump, la discusión sobre la Affordable Care Act (ACA), mejor conocida como Obamacare, se ha profundizado. Es así porque existe la opinión entre muchos expertos de que el principal obstáculo para levantar el cierre es este tema. La razón es que involucra, desde luego, la salud de los estadunidenses, pero también al complejo médico-industrial y al modelo médico del país, así como a ¡los principales contribuidores a las campañas electorales!
El economista Dean Baker ha hecho una excelente exposición ( Sin Permiso, 8/11/25) sobre los temas involucrados. En primer lugar, demuestra que no ha sido el ACA, que ha presionado hacia arriba los precios de la atención médica. Demuestra que los precios en la década anterior a la aprobación de Obamacare, los costos sanitarios aumentaron 4 puntos como porcentaje del PIB, lo que equivale a más de 1.2 billones de dólares a precios de la economía actual. Por el contrario, en los 15 años transcurridos desde su aprobación, los costos sanitarios sólo han aumentado 1.4 puntos porcentuales del PIB. Así EU paga el doble que la media de otros países ricos, sin que esto se traduzca en mejores resultados. Baker calcula que el gasto en salud total ascenderá a más de 5.4 billones de dólares en 2025, lo que representa 40 mil dólares por hogar o 16 mil dólares por persona. En comparación, Alemania y los Países Bajos gastan alrededor de 6 mil dólares por persona en salud.
La diferencia se explica, según Baker, por el modelo médico vigente en EU. Un primer elemento es el alto costo de los medicamentos, cuya producción está controlada por la industria farmacéutica privada y altamente concentrada. Es así porque las reglas de patentes les permiten prácticamente poner los precios que quieren. Si tuvieran que competir con una industria farmacéutica pública con apoyos públicos a la investigación los precios caerían marcadamente.
Algo semejante ocurre con la industria de los equipos médicos, que han tenido considerables avances durante la pasada década. Promueven sus productos sin demostrar que su uso dé mejores resultados en salud. Para ello cuentan con muchos médicos especialistas, cuyos salarios han crecido aceleradamente y por encima de los de los médicos generales. Es decir, el modelo de atención estadunidense conlleva un alto costo, que además da altos rendimientos a la industria de los seguros, que es otro de los ganadores del modelo actual. Estos tres actores son además los que apoyan las campañas electorales, particularmente de los republicanos.
La preocupación sobre el costo en vidas llevó al senador independiente Sanders y colegas a solicitar a la Universidad de Pensilvania una estimación al respecto. Su respuesta fue que según sus cálculos, la ley de reconciliación, the Big Beautiful Law, resultaría en 42 mil 500 muertes al año. Esto incluye 11 mil 300 decesos debido a la pérdida de Medicaid y 18 mil 200 muertes debido a la pérdida de acceso a medicamentos subsidiados y 13 mil muertes entre personas con Medicaid en los asilos de ancianos debido a las nuevas reglas sobre los mínimos de personal.












