anuel Gamio es considerado el padre de la antropología en México, por haber iniciado a principios del siglo XX los estudios antropológicos, con un enfoque integral y profundamente nacionalista. Este sentimiento lo llevó a otros campos de las ciencias sociales y se expresó en un afán inagotable por mejorar la vida de los grupos indígenas, no sólo de nuestro país sino de todo el continente.
Fue pionero en muchos campos; en plena juventud, al gestarse el movimiento revolucionario, fue uno de los ideólogos del nacionalismo que se gestó con pasión en ese periodo. Sus ideas las plasmó en Forjando Patria. Pro nacionalismo, libro que tuvo fuerte impacto entre los intelectuales y artistas de la época. Su influencia se vio reflejada en todos los aspectos de la vida cultural: en las artes plásticas que tuvieron su máxima expresión en el muralismo, en la música con las composiciones de Silvestre Revueltas, Moncayo y Blas Galindo, y en la literatura.
Paralelo a este ideal se desarrollaba su interés por la arqueología, que se despertó al igual que su preocupación por la situación de los indígenas; época que vivió en su juventud en un rancho hulero en la selva veracruzana.
Al regresar a la Ciudad de México, ingresó al Museo Nacional donde ilustres investigadores impartían cursos de arqueología, etnología y antropología; al poco tiempo fue nombrado profesor auxiliar de historia.
En 1914 descubrió el Templo Mayor y publicó el libro Metodología sobre investigación, exploración y conservación de monumentos arqueológicos, que de acuerdo al arqueólogo Eduardo Matos, presenta un cuadro completo de lo que debe ser una investigación arqueológica y comienza a hacer énfasis sobre la importancia de un trabajo integral.
Esta idea alcanzó plena realización en 1917, tras la creación de la Dirección de Antropología que él promovió, primera en Latinoamérica, desde cuya base emprendió una de las investigaciones interdisciplinarias que se llevaron a cabo en el mundo, tomando como campo de trabajo el valle de Teotihuacan.
En ese lugar, durante dos años, reunió alrededor de 40 de los más destacados investigadores, profesionistas y artistas que se dedicaron a estudiar la zona en su respectiva especialidad. El resultado fue una obra impresionante en tres gruesos volúmenes, titulada La población del valle de Teotihuacan. En ella se hace un análisis, diagnóstico y propuesta de soluciones. Ese modelo de investigación lo iba a realizar en todo el país, pero cambió el gobierno y en 1924 el general Plutarco Elías Calles asumió la Presidencia de la República, e invitó a Gamio a ser subsecretario de Educación, renuente a aceptar, la insistencia presidencial y la promesa de que podría seguir con sus estudios integrales lo llevaron a acceder.
A los pocos meses de desempeñar el cargo descubrió una serie de corruptelas en las cuales estaba involucrado el propio secretario José Manuel Puig Casauranc, con el cual tuvo fuertes fricciones. Gamio acudió al Presidente, éste le pidió pruebas y envió a Puig a una comisión durante dos meses, tiempo en que Gamio recabó y presentó al mandatario innumerables pruebas documentales de las deshonestidades cometidas y avaladas por el secretario. Ante la indiferencia presidencial, Gamio las denunció públicamente y se dieron a conocer en el periódico Excélsior de junio de 1925. Esto enfureció al mandatario Calles, quien lo cesó de inmediato.
Ante la acción presidencial, Gamio respondió en los periódicos: “sin vanidad ni fingimiento de ningún género, considero que el cese que acabo de recibir y cuya expedición provoqué insistentemente, es para mí un acontecimiento altamente satisfactorio, porque gracias a él creo contribuir hasta donde alcanza mi modesta esfera a la rectificación de valores morales en la senda de la administración pública que me tocó cruzar y la dignificación de mis compañeros que viven como yo vivía, fatalmente sujetos por la tradición, al grillete del servilismo oficial. Con esta declaración pongo punto final al incidente de mi separación del gobierno del general Plutarco Elías Calles ( Excélsior, 8/6/1925)”.
Esta “indisciplina”, totalmente desusada en la política mexicana, puso en peligro su vida por lo que tuvo que abandonar el país durante dos años. En palabras del doctor Enrique Beltrán, el incidente mostraba “la integridad, la honorabilidad y el valor civil a toda prueba de que Gamio dio siempre muestras”.
Durante su exilio en Estados Unidos, le propuso al Social Science Research Council realizar la que fue la primera investigación integral y de carácter científico sobre la inmigración de mexicanos a esa nación. Gamio diseñó una metodología que en palabras del especialista Jorge Bustamante, fundador del Colegio de la Frontera Norte: “a la fecha no ha sido superada”. El resultado del estudio lo publicó en dos tomos la Universidad de Chicago. Ya se tradujo y lo edita Miguel Ángel Porrúa.











