Fin de la prórroga arancelaria // Se agotó el tiempo; ¿resultados? // Blanco y los bueyes del corral

ercano el vencimiento del plazo de 90 días acordado entre la presidenta Sheinbaum y Donald Trump en materia arancelaria, el siempre orondo secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dijo a los diputados que “prácticamente” todos los temas que preocupan a México y Estados Unidos se han puesto sobre la mesa (lo que no es sinónimo de que estén resueltos, máxime si se considera la bipolaridad del inquilino de la Casa Blanca). Negociar con los gringos nunca ha sido un día de campo, pero con el magnate todo intento suele ser campo minado.
Con todo, Ebrard asegura que “ya estamos a pocos días” de concluir dicho plazo, y explica que “estuve en Washington el jueves y viernes de la semana pasada, y diría que tenemos un avance muy importante, prácticamente de todos los elementos que estamos conversando, previos a la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC); tenemos un avance alrededor de 90 por ciento”.
El próximo miércoles llega a su fin la prórroga y el Secretario de Economía sostiene que en esos 90 días “el objetivo de las reuniones que ha tenido México con Estados Unidos es ya no tener temas pendientes para cuando se inicie la revisión del T-MEC (que se iniciaría formalmente a mediados del próximo año). Soy optimista, razonable, respecto a lo que cabe esperar en las próximas semanas; todas las señales apuntan a que el tratado seguirá siendo trilateral” ( La Jornada, Braulio Carbajal), según dijo.
En sus cada vez más frecuentes –por no decir constantes– ataques de bipolaridad, Donald Trump ha transitado de amenazar con la cancelación del T-MEC por ser “el peor jamás hecho; fue un horror”, a fomentar sólo acuerdos bilaterales entre México y Canadá, con Estados Unidos fuera de la jugada, y, según lo agarre el día, a “comenzar el proceso de consultas públicas en busca de una revisión conjunta del tratado, evaluar las recomendaciones de acción presentadas por una parte y decidir sobre las medidas pertinentes; la revisión oficial del acuerdo tripartito se llevará a cabo el primer día de julio de 2026”.
Cuando dio a conocer públicamente la prórroga arancelaria por 90 días, la presidenta Sheinbaum consideró que con ella “México ganó”, y sí, pero sólo tiempo, mismo que se agota el próximo miércoles. En aquella ocasión, la mandataria dijo: “lo que sí puedo decir es que somos de los (países) menos afectados por esta nueva política del gobierno estadunidense. Por supuesto, internacionalmente estamos viviendo una situación compleja, porque el presidente de Estados Unidos, electo por su pueblo, ha tomado la decisión de cambiar el esquema del comercio internacional –que habíamos vivido, hasta el 20 de enero del 2025– en el mundo entero. Es una visión que él tiene, más allá de si uno está de acuerdo o no”.
Y defendió la estrategia a seguir en esos 90 días: “no confrontarnos, defendiendo nuestros principios; no hemos cedido en nada que tenga que ver con nuestros principios; buscamos una buena relación en distintos temas, manteniendo nuestro proyecto. Y en ese marco, el trabajo que hemos estado haciendo todo el equipo, en la relación con el gobierno de Estados Unidos, nos permite decir que somos de los países menos afectados por esta situación”.
Sin embargo, reconoció que “sí hay afectaciones, porque traemos un arancel de 50 por ciento en el acero y el aluminio, menor al 25 por ciento en automotriz porque hay descuentos relacionados con la fabricación de partes en Estados Unidos, en México y en Canadá, y otros. Pero finalmente, lo que nos afecta a nosotros le afecta a todo el mundo. ¿Qué beneficios tiene lo que hemos logrado? Que hay un porcentaje muy grande de mercancías que sigue teniendo cero arancel, que mantiene las ventajas de tener el T-MEC. ¿Cómo hemos hecho esta relación? Con cabeza fría, manteniendo nuestros principios y buscando siempre la mejor salida posible”.
Bien, pero no más especulaciones: el tiempo se agotó y habrá que ver los resultados concretos frente a la bipolaridad imperial.
Las rebanadas del pastel
Como dice el clásico, no tiene la culpa el buey, sino quien lo metió al corral. Cuauhtémoc Blanco es cínico y holgazán, y ha sido denunciado por abuso sexual. Sonado fracaso como presidente municipal de Cuernavaca y “gobernador” de Morelos, y ahora, con la cara más dura, repite el numerito en San Lázaro. Dice priorizar el ejercicio físico, “porque subí de peso” (“mi corazón lo necesita ¡y si hoy me ven, estoy flaquísimo!”) y tira a la basura su responsabilidad como legislador. Pero Morena ahí lo mantiene intocado, arropado, con fuero y a costillas del erario: “¡no estás solo, no estás solo!”. Vergonzoso.
X: @cafevega