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Exhortación desde los pobres de León XIV
E

l papa León firmó la Exhortación Apostólica Dilexi te, el 4 de octubre, en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico. Dilexi te significa “te he amado”. Es la primera exhortación apostólica del papa León XIV, Dilexi te, el texto tiene 42 páginas, con cinco capítulos. Es un gran texto que no tiene desperdicio. Establece la opción por los pobres como parte esencial de la identidad cristiana y el que debe guiar de manera prioritaria el qué hacer y la misión de la Iglesia. Es un texto que debe ser leído por los fieles y sobre todo por las jerarquías y aquellas órdenes religiosas que han optado por los ricos.

El texto se centra en el amor a los pobres. León XIV fundamenta esta opción, de manera minuciosa, desde el Antiguo Testamento hasta la prédica de Jesús para mostrar que el amor por los pobres tiene total legitimidad sagrada. Ha adquirido progresivamente importancia en el magisterio de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II y que en América Latina tuvo una dimensión que transformó la identidad de la Iglesia hasta la contención dramática de los 34 años de pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Resalto aspectos relevantes de mi lectura.

El lenguaje, estilo y conceptos nos remontan a la narrativa del papa Francisco. En la introducción, León XIV lo reconoce: “Habiendo recibido este proyecto como herencia, me alegra hacerlo mío –añadiendo algunas reflexiones– y proponerlo de nuevo al inicio de mi pontificado” (DT, n. 3).

2. La exhortación tiene un sabor latinoamericano.

La impronta latinoamericana del Pontífice y su servicio a la Iglesia peruana son claramente reconocibles. Se recurre al recuerdo de las conferencias latinoamericanas de obispos: de Medellín, 1968, mencionada tres veces. Puebla, 1979, tres veces. Aparecida, 2007, ocho veces. Encuentro alguna cercanía a la teología de la liberación pero jamás la menciona. En cambio, utiliza Liberación 11 veces, Opción preferencial por los pobres cinco veces y Opción por los pobres tres veces.

No podemos pasar por alto que el papa León XIV redacta el prefacio inédito al último libro de Gutiérrez: Dios no olvida al más pequeño.

La defensa de los migrantes en León XIV es contundente. Enfrenta a gobiernos y grupos conservadores que han hecho de la expulsión de migrantes una poderosa herramienta política. El Papa sentencia: donde el mundo ve una amenaza, la Iglesia ve hijos; donde se levantan muros, ella construye puentes. Sabe que el anuncio del Evangelio sólo es creíble cuando se traduce en gestos de cercanía y de acogida; y que en cada migrante rechazado, es Cristo mismo quien llama a las puertas de la comunidad. (DT. n. 74)

Denuncia con firmeza la desigualdad económica y la marginación de los pobres, alineándose con las preocupaciones de su predecesor. Una economía que mata es una expresión célebre de Francisco. Denuncia cómo la economía actual, orientada al beneficio, está por encima del ser humano, causa pobreza y sufrimiento. Retoma a Medellín “estructuras de pecado” que describe cómo causan pobreza y desigualdades, son extremas. Las élites abren la brecha creciente entre ricos y pobres, afirmando que las élites viven en una burbuja lujosa ajenas al sufrimiento de los marginados.

Las posturas de la exhortación marcan profundas grietas con el mandatario estadunidense. No sólo son las posturas antagónicas frente a la migración. Las diferencias entre la Casa Blanca y el Vaticano alientan las disonantes críticas de los grupos conservadores y de ultraderecha en América y Europa como el Yunque, Vox, Citizen Go y tantos otros.

6. León XIV se aleja de católicos que optan por las élites de la sociedad.

Sin mencionar a los Legionarios de Cristo, Opus Dei, Schoenstatt, el desaparecido Sodalicio. El Papa reprocha: “Optan por una pastoral de la llamada élite, sosteniendo que, en lugar de perder el tiempo con los pobres, es mejor cuidar de los ricos, los poderosos y los profesionales, para que, a través de ellos, se puedan lograr soluciones más efectivas. Es fácil ver la mundanidad que se esconde tras estas opiniones: nos llevan a ver la realidad con criterios superficiales, carentes de cualquier luz sobrenatural” (DT, n. 114).

7. Reconoció órdenes religiosas que se convirtieron en pobres.

En cambio, León XIV exalta las congregaciones que históricamente se dedicaron a proteger a los pobres, que nacen en el siglo XIII: “El Espíritu Santo suscitó en la Iglesia un nuevo tipo de consagración: las Órdenes mendicantes. A diferencia del modelo monástico estable, los mendicantes adoptaron una vida itinerante, sin propiedades personales ni comunitarias, confiando plenamente en la Providencia… Estas Órdenes, como los franciscanos, los dominicos, los agustinos y los carmelitas, representaron una revolución evangélica, en la que el estilo de vida sencillo y pobre se convierte en un signo profético (DT, n. 63). Nótese que no menciona a los jesuitas.

Finalmente, en la introducción, León XIV enfatiza cómo el Señor se identifica con los necesitados. “En el rostro herido del pobre encontramos impreso el sufrimiento del inocente y, por lo tanto, el sufrimiento de Cristo mismo”. Y así, el Papa confiesa: “Estoy convencido de que la opción preferencial por los pobres genera una renovación extraordinaria tanto en la Iglesia como en la sociedad, cuando somos capaces de liberarnos de la autorreferencialidad y logramos escuchar su clamor” (DT, n. 7).