Lunes 22 de septiembre de 2025, p. 26
Kabul. Cualquier acuerdo para devolver la antigua base estadunidense de Bagram es “imposible”, declaró ayer el gobierno afgano, luego de que el presidente Donald Trump amenazó al régimen talibán con sanciones si rechaza la propuesta.
Bagram, la base aérea más grande de Afganistán, ubicada al norte de Kabul, fue el centro de operaciones estadunidenses en su guerra contra los talibanes durante 20 años.
Trump amenazó antier con castigar al país si no devolvía la base, cuatro años después de que los estadunidenses se retiraron de Afganistán.
“Si Afganistán no devuelve la base aérea de Bagram a quienes la construyeron, los Estados Unidos de América, ¡¡¡cosas malas van a pasar!!!”, escribió el mandatario en su plataforma Truth Social.
Negativa tajante
El jefe de gabinete del Ministerio de Defensa, Fasihuddin Fitrat, dijo que “recientemente algunas personas dicen haber iniciado negociaciones con Afganistán para recuperar la base aérea de Bagram”, y aclaró: “un acuerdo, aunque sea sobre una pulgada del suelo de Afganistán, es imposible. No lo necesitamos”, subrayó.
Luego, el gobierno del Talibán afirmó en un comunicado que “la independencia e integridad territorial de Afganistán son de suma importancia”.
Trump ha lamentado a menudo la pérdida de Bagram al destacar su cercanía respecto a China, pero el jueves, durante su visita de Estado a Reino Unido, fue la primera vez que planteó públicamente que Estados Unidos debe recuperar el control de la base.
Las tropas estadunidenses y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte se retiraron caóticamente de Bagram en julio de 2021, bajo la presidencia de Joe Biden, como parte de un acuerdo de paz negociado por Trump, mientras los talibanes tomaban control de vastas áreas de Afganistán antes de finalmente dominar todo el país.
La pérdida de poder aéreo provocó el colapso militar afgano y el regreso de los talibanes al poder.
Bagram fue una pieza clave en la campaña militar liderada por Estados Unidos contra los talibanes, cuyo gobierno fue derrocado por Washington tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.