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Salinas Pliego, sueño húmedo // Odia al Estado, pero vive de él // La Jornada: aniversario 41

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▲ Ricardo Salinas Pliego se ha autoconvencido de ser “el mejor” candidato a la Presidencia de la República para las elecciones de 2030.Foto José Carlo González
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arece una chiste de mal gusto, pero todo indica que el evasor fiscal Ricardo Salinas Pliego se ha autoconvencido de que sería “el mejor” candidato a la Presidencia de la República para las elecciones de 2030 (una suerte de Xóchitl Gálvez abonera) y para concretar ese sueño húmedo ha comenzado a mover sus fichas, pero sobre todo su chequera, en el mercado de compraventa de favores de la derecha, en el que cualquier marranada –como las que él cotidianamente lleva a cabo– no sólo es bien vista, sino aplaudida.

Entonces, con su sueño húmedo, ¿qué ganaría el empresario de los abonos chiquitos y los intereses de agio? De entrada, y en el lejanísimo caso de que llegue a Palacio Nacional, algo así como 74 mil millones de pesos (a precios actuales), que es el monto acumulado de su evasión fiscal, y si en el trayecto de aquí a 2030 la Suprema Corte de Justicia de la Nación finalmente lo obliga a pagar ese adeudo, el magnate, ya con la banda presidencial en el pecho, no sólo recuperaría ese multimillonario monto, sino que lo incrementaría sustancialmente, es decir, lo cobraría a lo chino, como acostumbra.

Salinas Pliego no sólo aborrece al Estado, sino que le atribuye todas las calamidades habidas y por haber, excepto cuando ese ente abominable y con olor a azufre alimenta las alforjas del magnate, y de ello hay sobradas pruebas. De hecho, en 1993 Carlos Salinas de Gortari (con un empujoncito de su hermano Raúl) le entregó el Instituto Mexicano de la Televisión (Imevisión, hoy Tv Azteca), entonces propiedad del despreciable Estado, lo que hizo que en 1994 el de los abonos chiquitos apareciera por primera vez, con mil 200 millones de dólares, en el inventario de mexicanos multimillonarios de Forbes.

En esa línea, su fortuna creció y creció hasta sumar, en 2024 según Forbes, 13 mil 400 millones de dólares. Pero algo sucedió (parece que el apestoso Estado ya no lo apapachaba, según término de Héctor Aguilar Camín), porque para 2025 su fortuna se redujo a 4 mil 900 millones de billetes verdes. En cualquiera de los casos, la evasión fiscal de Salinas Pliego suma a la fecha alrededor de 3 mil 700 millones de dólares, equivalentes a 28 y 75 por ciento, respectivamente, de los montos citados por Forbes. Es decir, le ha robado a su villano favorito para hinchar sus alforjas.

Lo anterior sin olvidar que la fortuna de salinas Pliego en gran medida ha sido amasada a costillas de su odiado Estado: concesiones (telecomunicaciones, banca, Afore, aseguradora, minería, carreteras, telefonía, campo de golf y robo de otra concesión: Canal 40), privatizaciones (Imevisión), multimillonaria pauta publicitaria a lo largo de los gobiernos prianistas, “rescate” del Fobaproa, condonación de impuestos, equipos de futbol y mucho más. Pero, dice, “aborrezco al Estado; éste es el problema, no la solución”, a sabiendas de que sin él nunca hubiera aparecido en Forbes.

Cabe recordar el beneficio que obtuvo del ilegal “rescate” bancario con recursos del Estado: la empresa Salinas y Rocha (fundada por el bisabuelo de Salinas Pliego) dejó en la panza del Fobaproa deudas por más de 500 millones de dólares al tipo de cambio de la época (1995); cuatro años después, en marzo de 1999, el propio Salinas Pliego, por medio de Elektra, recompró esa empresa por apenas 15 por ciento de lo que el abominable Estado pagó a los bancos por dicha deuda.

Una ganga, porque con la readquisición de la empresa familiar, Salinas Pliego añadió a su inventario de abonos chiquitos e intereses de agio 98 tiendas (87 tradicionales y 11 departamentales). Por cada peso que pagó el malévolo Estado por “rescatar” a Salinas y Rocha, Salinas Pliego pagó 15 centavos, aunque en esa ocasión no mencionó a los “gobiernícolas”.

La presidenta Sheinbaum se refirió a este tema: “ahí está ahora ‘Mexicanos por la Corrupción’ en la fotografía, ¿no?, con Salinas Pliego. O sea, ya pasaron de Claudio X. González (el payasito anterior) a un nuevo exponente (el payasito de los abonos chiquitos y los intereses de agio). Ahora, fíjense: todo por no pagar impuestos. O sea, imagínense qué piensa el pueblo de México. Porque todos tienen derecho a postularse a la Presidencia, ¿no?, somos un país libre. Pero ¿qué piensa un mexicano o una mexicana de un empresario que se quiere postular a la Presidencia porque no quiere pagar impuestos? Pues solito, ¿no?”

Por cierto, el chiste de mal gusto se llama “Movimiento Anticrimen y Anticorrupción”.

Las rebanadas del pastel

Va un fuerte abrazo a la más bella del periodismo mexicano, La Jornada (directivos, accionistas, trabajadores y lectores), por sus primeros 41 años de existencia. ¡Salud!

X: @cafevega