Inteligencia mojigata
ientras el Poder Judicial intenta renovarse –hasta no ver, no creer–, los futuristas ambiciosos y los informáticos soberbios no muestran intenciones de revisar con más honestidad científica sus métodos de programación y sus criterios de adaptación de las tecnologías a las realidades, pues lo que hasta ahora exhiben sólo vuelve más dudosas las democracias y más reforzados los ciberdelitos (si depositas 2 mil pesos recibes 80 mil a la semana, anuncian cumplidos funcionarios, instituciones y exitosos empresarios, sin que ninguno tenga la atención de aclarar que únicamente se trata de fraudulenta inteligencia artificial).
¿Será que las personas son más ambiciosas que juiciosas? ¿O que la necesidad aumenta su credulidad? Ambición, necesidad, credulidad y lo que se acumule esta semana, sin el apoyo de un cuerpo legislativo permanentemente rezagado, si no es que desentendido, de una sociedad a merced de tecnologías y de ideologías más emergentes que consistentes. Pregunté a una inteligencia artificial la situación de la muerte digna en el mundo y, recatada, respondió: “¿podemos cambiar de tema?” Con este tipo de respuestas se puede concluir que la inteligencia artificial es sólo otro instrumento –por si faltaran– de las élites con el cual replicar y reforzar los “valores” que las benefician, no el gran avance del que nos quieren convencer.
Si no hay manera de frenar y menos de castigar los fraudes cibernéticos con inteligencia artificial en las redes sociales, ¿qué puede esperar la indefensa ciudadanía del manejo irresponsable y sin control de la cada vez más promovida inteligencia artificial como instrumento de ayuda en la vida cotidiana? No se niegan sus beneficios, se cuestiona la desatención de legisladores y partidos políticos, ocupados en temas mucho menos importantes. Si en materia de legislación y reglamentación los gobiernos de la 4T se han desentendido de temas “tan escabrosos” como el documento de voluntad anticipada, el derecho a la muerte digna y las opciones que ante ésta tienen las personas, seguro la inteligencia artificial tampoco transgredirá los valores decimonónicos imperantes. Más que de tecnología altamente desarrollada, se trata de una ideología reiteradamente confundida en su intención de ayudar al pueblo sabio. Ante nuestra condición de mortales, mejor matizar para no dramatizar.