
Lunes 25 de agosto de 2025, p. a12
Desde que regresó al estadio Olímpico Universitario, Efraín Juárez luce pensativo. Basta con retroceder a lo sucedido hace cinco meses en su presentación, cuando aseguró que “los aficionados se van a sentir identificados por la garra y el espíritu de este equipo”, para entender su fastidio por el 0-0 contra el Puebla. Fiel a su estilo, esto es, sin ningún tipo de adorno ni protocolo, caminó por delante de los integrantes de su cuerpo técnico al registrar su tercer empate en la Liga Mx de forma consecutiva.
Rodeado por 18 mil 450 personas en las gradas, Juárez resiste todavía la presión de no ganar en casa desde el 16 de abril, penúltima fecha del Clausura 2025 en la que se impuso (2-0) a Santos, con cierto optimismo. Nada de caras largas, pesadumbre ni tonos agrios. El ex seleccionado nacional recurre a la simpleza y aceptación por la falta de goles. “Yo me voy a dormir tranquilo, porque mi equipo es superior. Nos está faltando fortuna en las áreas”, dijo a principios de mes al igualar (1-1) con Necaxa. Las oportunidades que la afición universitaria contabiliza, sin embargo, es superior a las veces que ha celebrado un marcador.
Jorge Ruvalcaba y el ecuatoriano Pedro Vite incrementaron la cuenta de fallas en el primer tiempo, los dos con el arquero Julio González casi vencido sobre el área chica. El colombiano Álvaro Angulo se sumó a la misma inercia tiempo después. Sólo la presencia del costarricense Keylor Navas, quien pocas veces participó en el juego, logró contener la impaciencia y los reproches de cientos de personas que estrujaron el puño al no poder reflejar su dominio. El Puebla calibró su nivel de confianza. Con apenas dos entrenamientos desde que asumió el cargo de entrenador, el argentino Hernán Cristante recurrió al viejo manual de supervivencia para mantener el cero durante los 90 minutos.
Los estragos de otro partido en el que Pumas proyectó una imagen de dureza, pero estuvo lejos de ser efectivo, permitieron que la lucha en solitario de Esteban Lozano, único delantero de la Franja, moviera un poco el tablero con remates desviados desde fuera del área. El ambiente se tornó más hostil cuando la gente exigió la salida del mexicano Guillermo Martínez –“¡Fuera Memote!”, “¡Fuera Memote!”– a cambio del ingreso del galés Aaron Ramsey, quien debutó finalmente en el futbol mexicano (minuto 62), casi dos meses después del anuncio de su contratación.
Ramsey intentó salvar a Pumas de una de sus versiones más grises en el ataque. No importó que su rival creciera al contragolpe, mucho menos la salida por lesión de Rodrigo López. El ex mediocampista del Arsenal y la Juventus mostró que su apetito sigue intacto. Compitió, marcó distancia de los más jóvenes con su liderazgo, replicó las indicaciones de Juárez sobre el campo, pero terminó con el mismo semblante de preocupación que se ha hecho costumbre en Ciudad Universitaria.
“No son sólo los delanteros, es la toma de decisiones de los jugadores”, explicó a su salida del vestidor el timonel de los universitarios.