Hugo Aboites advierte que ahora, con el nuevo sistema de asignación para el ingreso, la incertidumbre es mayor
Viernes 22 de agosto de 2025, p. 12
A pesar del nuevo modelo de asignación de espacios educativos en bachillerato, “hay una caída evidente de aspirantes a ingresar a este nivel educativo, pues mientras en 2024 se reportaron más de 285 mil candidatos, este año se inscribieron poco más 272 mil, es decir, una reducción de más de 12 mil jóvenes”, alertó Hugo Aboites, experto en temas educativos y profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien califica esta tendencia como “sombría”.
Afirma que la iniciativa recientemente implementada para promover la educación media superior en la zona metropolitana del valle de México “podría, en los hechos, estar desincentivando a los jóvenes, porque no resuelve de fondo el problema de la demanda”.
Información de la Secretaría de Educación Pública (SEP) revela que de los 272 mil 726 aspirantes que se inscribieron al proceso de asignación de espacios para este año, 111 mil 339 eligieron instituciones de acceso directo, sin prueba estandarizada.
Otros 161 mil 387 optaron por la modalidad mixta, que consiste en elegir instituciones con y sin aplicación de evaluación, o sólo por examen.
De ellos, 63 mil 213 obtuvieron un lugar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que ofreció cerca de 35 mil 600 espacios, o en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), que asignó 27 mil 613 lugares, es decir, finalmente sólo ingresaron cuatro de cada 10 aspirantes a estas instituciones educativas.
Al respecto, Aboites señala que el nuevo modelo de asignación, denominado Espacio de Coordinación de Educación Media Superior, recientemente implementado por la autoridad educativa, “vuelve prácticamente al mismo punto de partida de 1996, cuando nace su antecesora, la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior, que instaura la aplicación del examen único de ingreso y deja a los jóvenes sin ninguna certeza”.
Llama la atención, agrega, que ahora la “incertidumbre sea mayor. Antes, el aspirante sabía que si no se quedaba en una opción de la UNAM o el IPN, había otras opciones públicas de bachillerato adscrito a la SEP, pero ahora no se sabe, porque vas a una institución que va a seleccionar por sorteo si tienen alta demanda, y puedes no quedar”.
Otra inquietud es “saber si la deserción en bachillerato se va a modificar o no con este esquema de asignación de espacios”.
Para el experto, “no hay indicios que apunten en esa dirección, porque si bien ahora el joven tiene la opción de escoger el plantel al que le gustaría asistir, aún subsiste el problema de que no necesariamente quiera cursar una carrera técnica. Desde esta perspectiva, la deserción es una incógnita”.
A ello se suma, reconoce, el desafío de que el mayor porcentaje de aspirantes se siga concentrando en unas cuantas instituciones, y “el remedio que parece que ha encontrado la SEP es este nuevo marco curricular común, con el que se busca establecer un bachillerato más humanista y otro técnico que te pueda dar una salida más laboral, pero hay un problema, las instituciones con autonomía, como la UNAM, ¿lo aceptarán?”
Respecto a la creación del Sistema Nacional de Bachillerato, el especialista alerta que “no hay una visión plural de las diferentes vocaciones, incluso laborales, que hay en todo el país, por lo que establecer un marco único nacional de bachillerato, con el que se decide cuáles son las opciones educativas que les deben parecer atractivas a los jóvenes, no es más que caer en el autoritarismo”.