dos estados
no. El discurso liberal/conservador ya no responde a ideales y principios que, en épocas cercanas, se argumentaban con relativa cautela ideológica. Hoy, sin melindres, dicho discurso emplea un lenguaje torpe y simplista, embistiendo contra cualquier proyecto político que procure igualdad y solidaridad.
Dos. Con titulares deliberadamente confusos, los medios corporativos encabezan la ofensiva. Pero también publicaciones apátridas como Inconexos o Letras Liberales, junto a portales de la propaganda sionista (Infobae, Enlace Judío, et al.) que recurren al victimismo divulgando, día tras día, el genocidio de hace 80 años en Europa central, al tiempo de negar el que la entidad neocolonial llamada Israel, perpetra día tras días en Palestina desde 1948.
Tres. Rasgos distintivos, en fin, de una suerte de eurocéntrico solipsismo racial y etnocentrista (u ombliguismo clasista), en torno a una compleja realidad global que, al parecer, no necesita ser analizada, entendida o estudiada.
Cuatro. El periodismo, por ejemplo, reclama con urgencia premisas éticas que orienten, en lugar de sembrar el campo de mierda
(Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump). Pero a los interesados en profundizar el tema, sugiero echar dos ojos a la notable tesis de grado del colega Héctor Alejandro Quintanar, “Un intelectual bajo la lupa: Luis Javier Garrido y el lopezobradorismo desde las páginas de La Jornada” (UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, enero de 2010).
Cinco. Dicho lo anterior, le cuento que en mayo dicté en la Escuela de Comercio de Gijón (Asturias) una conferencia sobre la coyuntura latinoamericana. Y a la hora de las preguntas, grande fue mi sorpresa cuando casi todas empezaban así: Háblanos de México, háblanos de Claudia
. Inquietud distinta a la de hace 20 años, en el mismo lugar (Háblanos de México, háblanos de los zapatistas
).
Seis. No podría ahorita, extenderme en lo disertado. Aunque, en líneas generales, manifesté que así como a finales de los 90 el EZLN (y la revolución bolivariana), acabaron con el llamado consenso de Washington
, AMLO y Claudia consiguieron retomar, 20 años después, los valores más sentidos de la humanidad, cabalmente entendida. Más aún: “No es China o Rusia –dije– el principal adversario de Washington es México”.
Siete. Perdón… ¿me puse algo patriotero
con lo que algunos llaman izquierda institucional
, y otros dictadura
? La verdad es que ambos infantilismos me tienen sin cuidado. Nací en un país de la América nuestra que se halla en los umbrales de la disolución nacional, vivo en otro que se aferra a los ideales del Benemérito de las Américas, y así como cientos de millones, no duermo bien con lo que acontece en Medio Oriente.
Ocho. Naturalmente, la tragedia palestina fue tratada en la ocasión. Sin embargo, nadie preguntó acerca de por qué México no rompía relaciones con Israel y, menos que menos, sobre el origen judío
de Claudia (dato que sólo interesa a los sionistas).
Nueve. Eso sí, hablamos del principio de no intervención
(doctrina Calvo), del escaso o nulo interés de Egipto y las monarquías árabes para que los países occidentales rompan relaciones con su socio principal en Medio Oriente, y del formidable bulo geopolítico que propone, hipócritamente, crear dos estados
en Palestina.
Diez. Nunca me sedujeron las definiciones categóricas. Pero como en todo, las excepciones a la regla también cuentan. Así, la trillada expresión que sostiene el-derecho-de-Israel-a-existir
, omite que para los sionistas (que, reitero, se han cagado criminalmente en la ética judía), Palestina y los palestinos no tienen derecho a existir. Y, by the way, acabo de leer: Si algo perdió el sionismo, es la autoridad humanista
(sic)… ¡No me digan! ¿Ejemplos?
Once. Puede que lo dicho hasta acá resulte complejo y enredado. Pero la mirada de esos niños desnutridos, famélicos y mutilados en Gaza, nos pone frente al espejo preguntando: ¿eres humano, o a qué especie de mierda perteneces?
Doce. Condenas a la barbarie nazisionista, desgarre de vestiduras, ruptura de relaciones
, dos estados
... Sin embargo, con meridiana claridad, el artículo 6 del capítulo 2 de la Carta de la ONU (1945), dice: todo miembro de las Naciones Unidas que haya violado repetidamente los principios contenidos en esta carta podrá ser expulsado de la organización por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad
.
Trece. Ahora bien: ¿quién o quiénes pondrán el cascabel al gato? ¿La Asamblea General, el Consejo de Seguridad dominado por el sionismo estadunidense, o la heroica, invencible, conmovedora resistencia del pueblo palestino?