n 1975 –cinco décadas atrás– apareció el primer número de la revista Estrategia. Aquella fue la expresión de un grupo variopinto conducido por el economista Alonso Aguilar Monteverde y cuyos colaboradores más cercanos eran Fernando Carmona y Jorge Carrión. Aguilar provenía de la estela política heredada de Narciso Bassols, y posteriormente de la cercanía con el general Lázaro Cárdenas en el Movimiento de Liberación Nacional. Carmona y Carrión, por su parte, habían construido el Partido Popular, pero terminaron alejándose de él, participaron en el MLN y su derrotero posterior es paralelo al de Aguilar.
En el marco de las actividades políticas e intelectuales de convergencia de las izquierdas, tras la revolución cubana y la reactivación de las fuerzas progresistas desde el Centro de Estudios Mexicanos, los tres fueron asiduos colaboradores en los primeros años de la revista Política a inicios de la década de 1960.
Más tarde el núcleo fundó la editorial Nuestro Tiempo en 1967. En aquel sello aparecieron trabajos claves, como el del joven Eduardo Galeano sobre Guatemala, así como un sinnúmero de proposiciones tanto de la historia nacional, la latinoamericana y del pensamiento marxista en una clave clásica. Frente a la impronta de Siglo XXI o Ediciones Era, Nuestro Tiempo –no estudiada en la nueva camada de trabajos académicos– expresa tanto una continuidad como una ruptura con esas otras experiencias editoriales, pues su catálogo era una mezcla entre las certezas ideológicas de la construcción del socialismo y de aproximaciones novedosas a los procesos de lucha nacional y socialista en África, Asia y América Latina, con especial empeño en Cuba.
Por su parte, Estrategia fue una expresión de la izquierda pos-68, misma que hundió raíces en el leninismo clásico, el pensamiento soviético y la experiencia de planificación del este alemán, todo ello alejado de la narración estandarizada sobre una nueva izquierda
que buscaba cortar vínculo con la esfera de la guerra fría. Para este grupo el concepto clave de su desarrollo teórico fue el del capital monopolista de Estado, paraguas bajo el cual analizaron los gobiernos de Echeverría, López Portillo y De la Madrid y la propia deriva del capitalismo en su conjunto.
Durante más de una década en la revista se desarrolló aquella conceptualización, siendo mayoritarios los textos de Alonso, Carmona y Carrión, acompañados de un caudal de ensayos sin firma. Esto cambió hacia 1987, cuando la posibilidad de un amplio movimiento alrededor de la disidencia de Cuauhtémoc Cárdenas transformó las coordenadas políticas en su totalidad.
Desde aquel momento el análisis marxista en clave del capital monopolista comenzó a disminuir, conviviendo con un creciente caudal de análisis de coyuntura. Paralelo a ello, la fundación del Movimiento del Pueblo Mexicano como intento del grupo de incidir en la definición política de las izquierdas, cambió el rumbo de la publicación. En su último periodo la revista atendió la dinámica específica de la coyuntura. Por sus páginas pasaron las crónicas de la batalla de 1988 y entrevistas a figuras como Cárdenas o López Obrador. Las crónicas de Josefina Morales sobre la elección en Tabasco, así como los documentos del Movimiento del Pueblo Mexicano y del hoy olvidado Movimiento Patriótico Nacional (intento frustrado de revivir la experiencia del FDN), son algunos de los materiales que se encuentran a la espera de ser exploradas. Ellos entregan un horizonte más complejo de la impronta neocardenista sobre las izquierdas y la decisión de éstas por sumarse al tsunami social y político de 1988. El cambio también se registró en Nuestro Tiempo, pues su catálogo se nutrió con análisis como la “ Radiografía del fraude” de Cárdenas y su equipo más cercano, así como del análisis del éxodo por la democracia, libro realizado por López Obrador. Múltiples volúmenes de esta época denunciaban el proceso de despojo de la soberanía por las fuerzas neoliberales.
La publicación de Estrategia fue concluida azarosamente en 1993, con 113 números, en un momento de empeño pleno de apoyo a la segunda candidatura de Cárdenas, desde fuera del PRD. Estrategia fue una muestra de la pluralidad del amplio cosmos de las izquierdas, mismas que no puede supeditarse a la estructura arquitectónica de la transición
y el pos-68, pues afirmó sus raíces ideológicas entre la revolución rusa y la Revolución Mexicana, por igual. Así, la herencia de Lenin y Lázaro Cárdenas eran aliadas y no antagonistas en la conflictiva búsqueda por democratizar el régimen político. Aunque ataviados con un lenguaje que podría ser considerado ortodoxo
, los últimos años de la revista, sin embargo, expresan la manera en que un sector de la izquierda asumió con plenitud que el cambio político era el resultado de la convergencia entre soberanía popular y soberanía nacional, es decir, de lo nacional-popular, mismo que fue uno de los últimos aportes de Aguilar para el pensamiento crítico mexicano.
* Investigador UAM. Autor de En el mediodía de la revolución