¿Es posible una teoría económica crítica? Libro de Márkus et al critica a El capital de Marx y pone en duda la viabilidad del comunismo (15ª entrega)
a operación de la economía centralizada es incompatible con la circulación privada de los bienes de consumo y certificados de tiempo de trabajo (TTr) y no está equipada para eliminar dicha circulación. Así será siempre que los libres productores asociados (PA) sean también libres como consumidores. Por eso, a pesar de Marx (Mx), los certificados de TTr circularán entre los consumidores –dicen los tres coautores de How is Critical Economic Theory Possible?– de acuerdo con las leyes de la oferta y la demanda. Algunos ahorrarán certificados para cuando haya oferta de los bienes preferidos y podrán prestarlos a personas que tengan urgencia de algo disponible en los almacenes; estas personas también pueden comprarlos, con certificados, a quienes tengan excedentes de tales bienes. Estos préstamos causarán alguna tasa de interés
. Sostienen que se formará una economía dual aunque a largo plazo estiman poco probable que los dos sistemas coexistan, pues las transacciones privadas socavan la operación normal de la ‘administración de las cosas’. Los mecanismos de la economía privada permean la economía pública también. La corrupción crece con las crecientes escaseces. No sólo bienes del mercado negro tienen una tasa [que se pueden entender como precios en términos de certificados], sino también algunos servicios centrales. Los canales de servicios e información central se ven obstruidos. Los mercados negros incluyen también producción (Pr) material. Mientras menos bienes puedan adquirirse en las instancias centrales mayor será la presión sobre los productores para usar parte de su TTr en la Pr de bienes para el mercado y no cumplir las metas del plan. “La proliferación de las células cancerosas del mercado negro terminaría paralizando la economía pública; para evitarlo resulta necesario acudir a la coerción extraeconómica directa y destruir el mercado negro. Los consumidores tienen que ser forzados a usar sus certificados en lo que encuentren en los acervos centrales, y el comercio ilegal de certificados y bienes tiene que ser interferido coercitivamente. El resultado va contra las intenciones más básicas de Mx, pues socava la elección autónoma y la satisfacción de propósitos personales. La misma dificultad afecta el dominio de la Pr. Los PA sólo pueden determinar centralmente la división del TTr social total entre ramas, pero no pueden determinar el Tr que los individuos deben asumir. “No hay realización libre de las capacidades personales a menos que la participación en la división del Tr sea voluntaria. Así como no registró el problema de la libertad de consumo, Mx también dejó de considerar las consecuencias económicas de la libertad de elección en el Tr. Si la reducción general de las tareas a movimientos simples no ocurre, como Mx pensaba que ocurriría, los trabajadores no serán indiferentes ante las diferencias entre las profesiones especializadas. Usualmente habrá escasez de oferta de Tr en ciertas ramas/campos de Tr y excedentes en otras. Estos desequilibrios sólo pueden eliminarse, de forma no coercitiva, mediante incentivos especiales a través del valor de los certificados de Tr, pero estos valores también tienen que reflejar los cambios en la oferta y demanda (de tipos de Tr), pero esto los haría incompatibles con la valoración central en términos de TTr, que sólo se podría evadir asignando administrativamente cada trabajador a cada puesto.
Pero quizás, se preguntan nuestros coautores, la libertad de consumo y ocupación no sean precios demasiado altos que pagar por vivir en una sociedad socialista centralmente administrada en la cual todos tendrían la oportunidad de participar en las decisiones colectivas como individuos. Aunque la comunidad tenga que restringir la libertad del individuo en los dominios de consumo y ocupación, éste puede participar libremente en las decisiones colectivas referidas a las metas y procedimientos de Pr. Ganarían libertad en el sentido de control colectivo sobre los procesos económicos a nivel societal a costa de perder libertad de consumo y de elección ocupacional, y lo que ganarían es más valioso que lo que perderían. “No parecería irreconciliable con las intenciones de Mx, si dijéramos que el libre desarrollo de la individualidad se realiza con la mediación de participar en las decisiones colectivas. ¿Pero cómo pueden los individuos ser tomadores de decisiones colectivas si no lo son en su capacidad personal? ¿Cómo pueden formar un juicio de lo que necesitan juntos, si no pueden juzgar lo que necesita cada uno en lo individual? El pueblo que no supiera lo que la comunidad como totalidad de sus miembros necesitaría consumir, tampoco sabría lo que la comunidad, como comunidad, debería producir. En una economía en la cual los individuos no jerarquizan libremente sus necesidades (N) propias, la mente común
social no puede ser idéntica con el control conjunto de los PA. Se escinde de ella y en esas circunstancias las instituciones separadas de la comunidad de productores no pueden ser limitadas a la administración de las cosas. La autoridad central no sólo provee información sobre los recursos disponibles para satisfacer las N sociales y cómo asignar con eficiencia económica esos recursos, sino que también decide cuáles son las N verdaderas de la comunidad. Cada vez que los individuos libremente asociados quieran algo diferente de lo que dictan los intereses representados por la autoridad central, ésta tiene disponible la violencia como última instancia. La concepción del socialismo (SCL) de Mx lleva siempre a la conclusión que la economía de TTr centralizada no puede proveer un marco económico para una sociedad de productores libres. La construcción del modelo SCL de Mx se viene abajo quitando cualquiera de sus pilares (la simplificación de las tareas profesionales, la intercambiabilidad de las capacidades de Tr, y la insignificancia de los cambios en las N de las masas). A diferencia de los defensores de la economía natural, que también elimina el mercado, Mx quería una economía centralizada con mayor nivel de racionalidad, una amplitud mayor de la escala de bienes de consumo, más libertad individual y cooperación libre entre los productores asociados. La eliminación total de las instituciones de mercado sería devastadora para el ideal de SCL de Mx, al igual que lo sería la introducción de una economía en la cual los recursos y N son negociados directamente, por la vía de contabilidad y planeación centralizadas
. ¿No hemos llegado, se preguntan, a la conclusión de que las asociaciones de productores AP libres no son imaginables del todo? La eliminación del mercado sólo puede llevar a alguna versión de despotismo económico; sin embargo, ¿podemos abandonar la conclusión de Mx sobre la incompatibilidad entre el SCL y las instituciones de mercado?