Insisten en ser dueños del predio de conservación
Sábado 29 de marzo de 2025, p. 25
Las familias que fueron desalojadas el pasado jueves del paraje Xaltocan, en el cerro de Guadalupe, Tláhuac, se manifestaron ayer en la explanada de esa alcaldía y cerraron el edificio sede para impedir el ingreso de trabajadores y de la alcaldesa Berenice Hernández.
Los afectados reiteraron que no son invasores y que son legítimos propietarios de esos terrenos y desde hace años buscaban regularizarlos para consolidar sus hogares, aunque reconocen que estaban en suelo de conservación.
Un grupo de vecinos fue recibido por representantes de la alcaldía, que se deslindaron del desalojo e informaron que la orden la dio el gobierno central por parte de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
El operativo lo ejecutó personal de la Secretaría de Medio Ambiente junto con el de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, dijeron las familias tras concluir el encuentro.
Asimismo, las autoridades de la alcaldía les indicaron que pondrían instalarse mesas de diálogo con el fin de encontrar una forma en la que se les pueda apoyar; sin embargo, las familias afectadas señalaron que esta propuesta sólo es para evitar que continúen con las movilizaciones.
No obstante, informaron que aceptaron abrirse al diálogo con la esperanza de que en esas pláticas haya en algún momento una respuesta favorable
que les ayude a recuperar su patrimonio y tengan un lugar donde vivir.
Medidas jurídicas
Los afectados anunciaron que no descartan empezar procesos legales, pero aún no tienen claro a qué instancia recurrirán, luego de que ya no confían en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México porque el día de desalojo ahí estuvieron nada más para tomarse la foto, a pesar de que sufrimos de maltrato sicológico y abuso de poder
, expresó Henesi Noguerón, una de las personas desalojadas, y que aún no superan la pérdida de sus viviendas que levantaron con años de esfuerzo y sacrificios.
De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Medio Ambiente, con el derribo de las 100 viviendas se recuperaron 32.97 hectáreas del suelo de conservación y se dio inicio a los trabajos de restauración ecológica en otras 98.91 hectáreas de zonas verdes aledañas al predio que fue limpiado.