Domingo 1º de diciembre de 2024, p. 24
El homenaje para dar el adiós a Silvia Pinal logró tener libre por unas horas la explanada del Palacio de Bellas Artes, ya que luego regresó a ser el tianguis de siempre.
A unos pasos de donde a las 11 de la mañana se estacionó la carroza, se colocaron puestos de aguas locas, frituras, tlayudas y esferas de cristal.
Después de las 13 horas, es decir, cuando salió el féretro del recinto, la explanada estaba nuevamente ocupada por decenas de comerciantes.
Lo mismo ocurrió en la avenida Juárez y los pasillos de la Alameda Central, así como en el corredor peatonal en Balderas –entre la Plaza de la Solidaridad y la estación Hidalgo del Metro– que fueron ocupados por el comercio callejero.
Un joven venezolano que dijo vivir desde hace siete meses cerca del Barrio Chino, vendía las esferas que mostraba con paciencia y explicaba que al conectarse a la energía eléctrica reproducían una sombra con distintos colores en la pared. Dijo que llegó a pensar que no vendería, pero al final sí nos dejaron
, tras referir que paga 2 mil pesos de renta al mes, por lo que necesita trabajar.
Comentó que permanece en la capital mientras espera la cita de la aplicación CBP One para ir hacia el norte y cruzar la frontera, aunque señaló que si no llega una fecha en diciembre se quedará a vivir aquí.
Una mujer que vende elotes mencionó: no querían dejarnos, pero al final sí pudimos
y casi junto a los vendedores estaban los policías a pie y hasta observaban la mercancía.
A finales de julio se colocaron vallas alrededor de la Alameda para remodelarla; sin embargo, el comercio callejero no se controló, porque se puso sobre la avenida Juárez y luego avanzó hacia Bellas Artes.