Contexto de crisis de salud y económica sin precedente
En juego: la Casa Blanca, toda la Cámara de Representantes, parte del Senado y 11 gubernaturas
Martes 3 de noviembre de 2020, p. 22
Nueva York., La elección nacional para presidente y legisladores en Estados Unidos se realiza en una coyuntura sin precedente en medio de la peor crisis de salud pública en un siglo, la peor crisis económica tal vez desde la Gran Depresión, el estallido de algunos de los movimientos de protesta social más grandes en la historia y un presidente mina la legitimidad de los comicios y hasta amenazado con no respetar los resultados si no lo favorecen.
Para observar la elección en Estados Unidos este martes se requieren algunas advertencias.
Primera: si Donald Trump declara la noche del martes que ganó, será otra mentira para agregar a las más de 20 mil que ha dicho desde que llegó a la Casa Blanca. Ni el presidente ni su contrincante, el demócrata Joe Biden, pueden declararse ganador oficial de la contienda.
Es sumamente importante entender esto ante la posibilidad de que Trump decida proclamar su victoria con el conteo preliminar de los votos presenciales depositados en casillas el martes, antes de que se cuente el volumen sin precedente de votos por correo o adelantados que se espera cambiarán las tendencias de manera significativa.
Segunda: es fundamental recordar que no hay voto directo para presidente. Quien vaya ganando el voto popular no necesariamente se llevará el triunfo de la elección; eso se determina en el Colegio Electoral. Para alcanzar o superar los 270 votos electorales necesarios, se tiene que ganar una combinación de estados, y con ello sus electores. En estos comicios sólo hay entre 10 a 14 entidades que están en disputa y que determinarán el resultado final. Esos serán el centro de la atención a lo largo del día (https://www.jornada.com.mx/2020/ 11/02/mundo/026n2mun).
Tercera: la elección nacional en realidad son 50 elecciones estatales simultáneas, y cada entidad tiene sus propias reglas y horarios. Por lo tanto, las casillas cierran en diferentes tiempos y el proceso de conteo también tiene variaciones, con lo cual esta vez no es posible pronosticar a qué hora se darán a conocer datos preliminares o tendencias. Vale recordar que una cifra récord de más de 96 millones de votos han sido emitidos de manera anticipada.
Y finalmente, el resultado oficial sólo se da cuando concluya el conteo oficial de los votos, algo que podría alargarse por días en algunos estados, y hasta más si hay disputas legales ante tribunales sobre el proceso del conteo.
Lo que se anunciará la noche del martes al cerrar casillas en diversos estados son sólo algunas proyecciones, con la gran mayoría de los estados ya considerados casi automáticos en la columna de uno u otro de los candidatos. Pero la clave está en los estados en disputa, o swing, y es posible que no habrá proyecciones en algunos si los márgenes de diferencia son mínimos al comenzar el conteo.
Pero igual también existe una posibilidad de que los principales medios tengan suficiente evidencia para proyectar un ganador la misma noche del martes.
Lo que se elige
En esta elección nacional están en juego la presidencia, todas las curules de la Cámara de Representantes del Congreso (435), y un poco más de un tercio (35 escaños) del Senado.
Más allá del enfoque principal sobre quién llegará a la Casa Blanca, es de suma importancia tanto para quien sea el próximo presidente como para el futuro político del país, saber quién controlará las dos cámaras del Congreso.
Si hay un cambio en el control del Senado, eso tendrá implicaciones sísmicas en Washington. Por ahora, el Senado está bajo control de la mayoría republicana, donde gozan un margen de 53-47, pero las encuestas indican que hay buenas posibilidades para que los demócratas reconquisten la cámara alta. Necesitan un avance neto de cuatro escaños, algo que está dentro de las posibilidades.
La cámara baja tiene mayoría demócrata de 232, y por ahora se supone que no sólo mantendrán el control, sino que lo ampliarán.
Si ambas cámaras quedan bajo el dominio demócrata, eso tendrá enormes implicaciones políticas llegue quien llegue a la Casa Blanca, y aún más, obvio, si gana Biden.
Tambien están en juego 11 gubernaturas estatales.
El proceso
A lo largo del día electoral se podrá ver el desarrollo del voto presencial en miles de casillas por todo el país. Cada estado tiene su propio horario para abrir y cerrar casillas, por lo tanto las proyecciones empiezan poco después del cierre del proceso, primero en los estados de la costa este y se avanza en etapas durante la noche hacia el oeste. En cuanto hay proyecciones, sobre todo en entidades donde ya está casi garantizado el partido ganador, éstas serán anunciadas, con lo cual empieza la suma de votos electorales y qué candidato va ganando en cada estado con la meta de alcanzar 270 para ganar la elección.
Los expertos se fijarán exclusivamente en los estados claves, sobre todo en los tres que le dieron a Trump su sorpresivo triunfo en 2016, Pensilvania, Michigan y Wisconsin; también hay otros que podrían determinar la contienda, como Florida, Carolina del Norte, Georgia –cuyos resultados podrían estar entre los primeros–, Arizona y, por primera vez en esta lista, Texas.
Los principales medios se han comprometido a no emitir sus proyecciones sobre un ganador en un estado hasta tener evidencia abrumadora para anunciarlo. Muchos informadores advierten a sus colegas, sobre todo en redes sociales, evitar formar parte de la trampa de Trump de proclamar el triunfo antes de cualquier evidencia.
Los sondeos hasta el último día de esta elección continuaban indicando una victoria demócrata en la contienda presidencial y ventajas en las legislativas.
Si Trump enfrenta una derrota ya ha amenazado con desatar una ofensiva poselectoral para cuestionar los resultados y el proceso electoral, acusando a los demócratas de un gran fraude, y todo eso podría prolongar la contienda.
Pero si sufre una derrota con márgenes suficientemente grandes, esta estrategia podría quedar anulada, y con ello estos comicios podrían concluir más rápido de lo que algunos piensan.
O sea, lo único que se sabe al comenzar este día de elecciones es que nadie sabe casi nada sobre cómo culminará, cuándo, a qué hora o día.