Para que el público aprecie la danza contemporánea hay que hacerla accesible, afirmó en entrevista el cofundador de La Infinita Compañía
Lunes 29 de diciembre de 2025, p. 4
Raúl Tamez, coreógrafo y cofundador de La Infinita Compañía junto con Rodrigo González, considera que la clave para fomentar la apreciación de la danza contemporánea es hacerla accesible a todo el público. “Hay que pensar en las nuevas audiencias y crear obras que les interesen”, comparte en entrevista.
La Infinita Compañía ha logrado atraer a un público más amplio y diverso, con obras como Réquiem de Mozart, Madame Butterfly, Anónima, El cisne negro y Drácula, las cuales han presentado en espacios como el Instituto Cultural Helénico, el Castillo de Chapultepec y la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
Tamez, quien desde hace más de 20 años se ha dedicado a innovar y a promover el arte dancístico en México, comenta que “la Infinita ha generado plataformas que han dado una nueva luz a la danza contemporánea, porque trabajamos con títulos de narrativas existentes y las transponemos a la danza contemporánea; entonces, ocurren fenómenos como tener funciones de mil personas y trabajar en espacios como La Capilla Gótica o el Castillo de Chapultepec.
“Muchas de las funciones que hemos presentado en el Palacio de Bellas Artes han tenido niveles de audiencia que no se veían en la danza contemporánea desde los tiempos de Ballet Teatro del Espacio. Es importante que los hacedores de danza pensemos en las nuevas audiencias.”
El bailarín y coreógrafo considera que la danza puede ser un catalizador para la reflexión y el cambio. Con su obra Flores negras para Violeta obtuvo el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, en la categoría de Trayectoria Consolidada.
En la coreografía aborda la violencia de género y la figura de Violeta Parra mediante imágenes de velorio, niñez, un cuerpo andrógino y jaulas simbólicas.
Aclaró que la pieza no es una apología a la violencia, sino todo lo contrario: plantea la lucha femenina en diversas épocas. “Es una apuesta conceptual y atemporal con momentos álgidos en cuanto a los feminismos, en la que es importante la voz de las mujeres que luchan por sus derechos y por eliminar los machismos”.
Tamez comentó que su pieza causó controversia porque los géneros se invirtieron, los bailarines masculinos hicieron papeles femeninos y viceversa. “Esto tiene un sentido más profundo; lo fundamental y que hay que ponderar es la violencia hacia la mujer por todo lo que estamos viviendo, pero también existe una violencia hacia lo masculino y es una cuestión de doble filo; por otro lado hay toda una nueva concepción de género y de maneras de vivir lo femenino o masculino dentro de nosotros mismos”.
Para el creador ha sido fundamental “buscar el lenguaje en la propia identidad, en el corazón, en los orígenes, y entender la complejidad de la raíz, de donde se proviene, hablar desde uno”.
Recomendó a los nuevos coreógrafos “luchar un montón, porque hay que subir muchos escalones, porque dedicarse a la coreografía en México es casi una militancia: el coreógrafo produce sus obras, edita su música y también se vuelve gestor cultural, porque no hay aparato que sostenga la actividad coreográfica, así que debemos cultivar otras habilidades”.
Raúl Tamez refirió que tiene planes emocionantes, como presentaciones de Flores negras para Violeta en el teatro Varsovia en 2026.
Su pasión y dedicación a la danza contemporánea son una inspiración para quienes buscan innovar y promover este género. En el ámbito internacional ha sido invitado a crear obras para la Limon Dance Company.












