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Amarga Navidad en Pie de la Cuesta
L

a violencia sexual en las instituciones militares son recurrentes. Los mandos militares abusan de sus cargos para someter y violar sexualmente a las jóvenes que recién ingresan al instituto castrense. Josefina (nombre ficticio), causó alta en el escuadrón aéreo en 2018, en Pie de la Cuesta. Su estancia ha sido un martirio por el hostigamiento sexual que empezó a padecer por parte del capitán primero Luis Javier Hernández Rodríguez.

En 2019 no se le olvida el convivio que tuvieron en la base de operaciones aéreas de Chilpancingo. Por ser la única mujer, la presionaron para que tomara. Al sentirse mal se retiró a su dormitorio. En el trayecto fue interceptada por el piloto aviador Luis Javier, quien la persuadió para salir a comer, supuestamente para que se le quitara el mareo. La llevó a un motel y la violó. En el forcejeo, la amenazó con que le iría peor, porque era de mayor rango militar. Josefina nada pudo hacer. Se atrevió a denunciarlo ante el primer comandante, quien le advirtió que nadie le haría caso. Le recalcó que se trataba de un capitán y ella era una mujer sin rango. Se sintió denigrada y acorralada. Constató que nadie la defendería y corría el riesgo de que la dieran de baja.

En 2020 su situación se complicó porque la esposa del capitán descubrió en su celular mensajes de carácter sexual. La responsabilizó del contenido y le advirtió que buscaría la forma de que la corrieran. En julio volvió con el comandante para denunciar el acoso constante que sufría. La respuesta fue más bien una advertencia; por denunciar al capitán le podría ir peor a ella. Por ser soldado auxiliar la darían de baja o en el mejor de los casos, la cambiarían de lugar. La condenaron al silencio y a soportar este infierno. Los militares sabían que no podía renunciar porque es la única que sostiene a su familia; en 2020 perdió a su padre a causa del covid-19, su hermano lleva un tratamiento delicado por la epilepsia que le causa estragos y su madre es diabética. Su contexto familiar fue propicio para aprovechar su estado de indefensión.

Josefina ha tenido que resistir el hostigamiento y las represalias del capitán Luis Javier. Regularmente le asigna tareas arduas, a pesar de que hay más personal que debe salir a la fajina. En varias ocasiones es la única mujer que va al campo. Es un castigo por no ceder a los caprichos sexuales del capitán. En este año, del 11 de abril al 8 de noviembre transcurrieron 31 fines de semana y Josefina tuvo que cubrir 24, en las horas más pesadas, de 10:30 de la mañana en adelante. En cambio, sus compañeros cubrieron turnos más espaciados y en horarios más holgados. Para Josefina quedó claro que su jefe no sólo la castiga, quiere someterla y hacerla su esclava.

Ella ha sido víctima de múltiples violencias de más compañeros. Su primera pareja del medio militar difundió videos sexuales que grabó en 2018. Él mismo se encargó de enviarlo entre la tropa. La burla y el maltrato fueron insoportables, el acoso sexual se incrementó. El trato que le dan es denigrante. Lo más atroz es que el video lo mandaron por WhatsApp a su mamá. La esposa del capitán Luis Javier le mandó decir que de esa manera quería quitarle a su marido.

El capitán se ha encargado de hacerle la vida de cuadritos: el año pasado la presionó para llevarla a su casa aprovechando que su esposa no se encontraba. En este año ha utilizado a sus oficiales para llamarla a su oficina, con el pretexto de recibir nuevas indicaciones. Cuando el capitán se queda al mando de la unidad en Pie de la Cuesta (también ostenta el cargo de segundo comandante) Josefina corre más peligro, porque sabe que nadie podrá defenderla. Ha sido una prueba extrema mantenerse dentro del escuadrón aéreo porque el principal agresor es su superior que en todo momento la acosa sexualmente. Las consecuencias son fatales por los trabajos pesados.

En julio de este año entró en una crisis muy severa. Actualmente se encuentra en tratamiento sicológico. Las terapias han sido su gran soporte, por eso ha podido levantar la voz y denunciar todas las violencias que ha sufrido. Interpuso una queja en la dirección de derechos humanos por el hostigamiento del capitán Luis Javier y una denuncia ante la fiscalía del estado de Guerrero por el video que difundieron. El capitán ha utilizado la denostación para desacreditar sus dichos. La tilda de mentirosa y sostiene que su afán es desprestigiarlo. También utiliza el video para denigrar la vida de Josefina y presentarla como la causante de varios problemas. Teme que la quieran someter al consejo de honor junto con su actual pareja, para darlos de baja del escuadrón aéreo.

Josefina ha dado una batalla descomunal dentro del instituto castrense. Se ha armado de valor para exigir que se investigue al capitán y a los demás sargentos que la acosan. Ha demandado respeto como mujer y como miembro de una institución militar. Decidió hablar por su seguridad y quiere también ser la voz de varias compañeras que son víctimas de violencia sexual, pero que se resignan a padecer estas humillaciones. En esta misma unidad militar, los mandos castrenses protegieron al piloto aviador José Luis Martínez, quien fue acusado de asesinar a su esposa Melani. Fue la lucha de sus padres la que logró que el feminicida fuera sentenciado a 36 años. Josefina pasó una amarga Navidad en Pie de la Cuesta ante el temor inminente de que la violencia perpetrada por el piloto Luis Javier, quede en la impunidad y le cause daños irreversibles.

* Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan