Miércoles 17 de diciembre de 2025, p. 22
Buenos Aires. El ultraderechista presidente electo de Chile, José Antonio Kast, afirmó ayer que apoyará una eventual intervención militar de Estados Unidos en Venezuela para derrocar al mandatario Nicolás Maduro del poder, porque va a “solucionarnos un problema” a toda la región.
“Apoyo cualquier situación que termine con una narcodictadura”, expresó Kast en una rueda de prensa que ofreció en Buenos Aires tras reunirse con su homólogo argentino Javier Milei, en su primer viaje al exterior luego de imponerse el domingo en la segunda vuelta electoral con más de 58 por ciento de los votos.
El mandatario chileno electo aclaró que “no vamos a intervenir, no nos corresponde”, pero consideró que si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenara la invasión de Venezuela “nos soluciona a nosotros y a toda Latinoamérica, a toda Sudamérica, un problema gigantesco”.
Kast afirmó que Chile “es víctima del terror que implica tener una dictadura” en Venezuela, en referencia a los miles de habitantes que huyeron hacia el extremo sur del continente, muchos de los cuales residen como indocumentados.
La comunidad venezolana representa en la actualidad 41.6 por ciento del total de los inmigrantes en Chile, según los datos del censo de 2024.
Kast propuso coordinar con otros líderes de la región la creación de “un corredor humanitario de devolución de estas personas a sus países”, y aseguró que habló del tema con Milei, así como los presidentes de Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica y El Salvador.
“Todos tienen plena conciencia de que la situación que se vive en Venezuela es inaceptable”, sostuvo.
Maduro comparó el lunes a Kast con Adolfo Hitler y le exigió “respetar” a los venezolanos en Chile.
Kast negó ayer la intención de expulsar a los inmigrantes irregulares al iniciar su mandato “porque no hay capacidad”. Sin embargo, los instó a que “tomen sus cosas, se vayan y después postulen a ingresar con todos los papeles en regla”.
En su encuentro en la Casa Rosada con Milei, quien se ha posicionado como un referente de la ultraderecha global, ambos líderes “establecieron prioridades” en seguridad y contra el crimen organizado trasnacional.












