Moscú. El Kremlin rechazó este lunes especular si sería factible llegar a un acuerdo antes de que termine este año, pues aún desconoce las modificaciones que hayan podido hacerse a la versión original del plan de paz impulsado por el presidente estadunidense, Donald Trump, como resultado de las negociaciones en Berlín del mandatario de Ucrania, Volodymir Zelensky, con los enviados de la Casa Blanca, Steve Witkoff y Jared Kushner.

De esas consultas trascendió que Estados Unidos ofreció a Ucrania amplias garantías de seguridad, pero el tema de los territorios en disputa por las dos naciones en conflicto bélico sigue sin resolverse y es clave para avanzar hacia la paz.

Moscú a favor de decisiones serias

El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, reiteró, en cambio, que el presidente Vladimir Putin se opone a “treguas artificiales” y pretende alcanzar “una paz verdadera” en Ucrania.

“El presidente Putin está abierto a la paz, una verdadera, a decisiones serias, y en lo que por completo está en contra son las argucias para ganar tiempo y declarar treguas artificiales”, señaló Peskov.

Esta precisión del vocero es significativa al poner en entredicho, en opinión de analistas, lo que Witkoff llamó el domingo anterior “progresos considerables” en las negociaciones con Ucrania: la disposición de Zelensky de que Ucrania renuncie a ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a cambio de las “firmes garantías vinculantes” en materia de seguridad, similares al artículo 5 del documento fundacional de la alianza.

Esto porque Rusia no tiene la intención de cesar hostilidades por el simple anuncio de que Ucrania no va a adherirse a la OTAN –argumentan expertos cercanos al Kremlin– sin obtener los territorios que demanda como suyos.

Además, esa decisión no depende de la voluntad de una sola persona, aunque se trate del jefe de Estado, sino –en el caso de Ucrania– tendría que pasar un largo procedimiento de debates antes de que el Parlamento, si lo respalda la mayoría, modifique la Constitución del país, que proclama como meta entrar en la alianza noratlántica, decisión que luego, por ley, tendría que ser ratificada en un referendo, el cual –ahora sostiene Kiev– no puede llevarse a cabo sin un alto el fuego general y verificable.

Elección presidencial

Esto último se refiere también a otra posible concesión de Kiev a Moscú: la posibilidad de realizar elecciones presidenciales en tiempos de guerra en Ucrania, variante que Zelensky no declina, aunque insiste en que se necesitan meses para preparar la cita con las urnas y tienen que darse “condiciones ineludibles”, como –la principal– declarar una tregua durante el proceso electoral y la votación, asimismo, las autoridades electorales de Kiev tendrían que actualizar el padrón, dado que el anterior ya no sirve.

Si Kiev –a juicio de politólogos ucranios– podría satisfacer estas dos exigencias de Moscú, no parece que el Kremlin esté de acuerdo con lo que Zelensky llama “una solución justa” del tema territorial.

El presidente ucranio considera que si sus tropas se repliegan equis número de kilómetros en Donietsk, el ejército ruso tendría que hacer lo mismo, en tanto la parte que Moscú no ha podido ocupar tendría que declararse “zona desmilitarizada” bajo supervisión internacional y sin soldados rusos.

Yuri Ushakov, asesor de política exterior y seguridad del presidente Putin, rechazó de antemano las modificaciones al plan de paz de Trump en su versión original que hayan podido sugerir los ucranios y sus aliados europeos.

En una entrevista a la televisión rusa que se transmitió el domingo anterior, pero que se ve con claridad que se grabó en la ciudad de Ashjabad, Turkmenistán, durante la visita de Putin que concluyó el viernes, Ushakov aseveró: “Creo que la contribución de ucranios y europeos a esos papeles difícilmente pueda ser constructiva (…) y tendremos objeciones muy serias”.

Agregó: “estamos convencidos de que habrá planteamientos completamente inadmisibles para nosotros, por ejemplo, en la cuestión territorial. De este tema se habló mucho en Moscú y los estadunidenses no sólo conocen, sino que comprenden nuestra posición. No sé qué saldrá en el papel de esas consultas, pero seguro no será nada bueno”.