l 28 de noviembre de 2025, los pueblos indígenas Comcaac-Seri y Yaqui de Sonora, Tzotzil de Chiapas, Baborigame de Chihuahua, Ostula de Michoacán, la organización Las Abejas de Acteal y diversas colectividades del país se unieron en un ritual simultáneo para pedir paz y el cese de la violencia que asfixia sus territorios. Este acto se enmarca en el final de la campaña Déjenos Florecer, impulsada por Voces del Territorio y documentada por medios como La Verdad Juárez, Revista Espejo, Zona Docs y EDUCA, donde se destaca que los pueblos indígenas no sólo denuncian la violencia extrema que padecen, sino que también ofrecen, desde el arte, la cultura y la comunidad, caminos para sanar y reconstruir la paz.
La campaña Déjenos Florecer ha subrayado un punto que México se resiste a comprender: los pueblos indígenas no sólo están denunciando la violencia que padecen, también están proponiendo formas distintas que están profundamente arraigadas en sus historias de reconstruir la vida común. Voces del Territorio, organización impulsora de la campaña, ha insistido en que la cultura, los rituales y el arte no son ornamentos identitarios, sino estrategias de resistencia y sanación que sostienen a las comunidades ante un país que parece naufragar entre la impunidad y la desmemoria.
Medios como La Verdad Juárez, Revista Espejo, Zona Docs y EDUCA han documentado estas expresiones de creatividad política y espiritual que buscan contrarrestar los efectos devastadores de la violencia extrema.
En un contexto donde los asesinatos, desapariciones, desplazamientos forzados y ataques armados se han vuelto parte de la vida cotidiana de muchas comunidades indígenas, la campaña apunta hacia un horizonte distinto: la posibilidad de que la paz sea reconstruida desde abajo, desde los vínculos comunitarios que históricamente han permitido a estos pueblos resistir al despojo territorial, la militarización y la criminalización de sus defensores; lejos de resignarse, han decidido mostrar sus aportes como una forma de decirle al país que otro futuro es posible si se escucha su voz.
Las actividades culturales que han acompañado la campaña, como el concierto Briznas de Esperanza o los encuentros deportivos, artísticos y espirituales, revelan que la sanación colectiva no nace de políticas de seguridad ni de discursos administrativos, sino del fortalecimiento de las identidades y de la memoria compartida. Para muchos sectores urbanos, esto puede parecer insuficiente o incluso romántico, pero para quienes han sobrevivido a la violencia en carne propia, estas prácticas son mucho más que símbolos: son mecanismos de cohesión, de defensa comunitaria, de afirmación frente a quienes buscan borrar su existencia.
La oración que sucedió en Acteal el 28 de noviembre recordó una verdad que suele pasarse por alto: cuando el Estado falla, las comunidades reconstruyen; la respuesta de muchas poblaciones no es el odio ni la venganza, sino el cuidado del territorio, la preservación de la lengua, la continuidad de los sistemas de conocimiento y la reafirmación de la vida en común, que nos recuerda que su resistencia no es sólo política, es también espiritual y profundamente ética.
Si el país los mirara con mayor atención, entendería que estas prácticas no son meros gestos simbólicos, sino propuestas concretas para repensar la convivencia social; la lógica comunitaria plantea que la paz no se logra eliminando al enemigo, sino reintegrando el tejido roto que la violencia fragmenta; su apuesta consiste en reconstruir relaciones, sanar heridas y reafirmar la conexión entre las personas y la naturaleza; es un modelo de paz que incomoda porque exige responsabilidad colectiva, no sólo gubernamental.
Por eso Déjenos Florecer fue un llamado urgente a detener la violencia, pero también a abrir los ojos ante los mundos que siguen latiendo dentro de México; no es sólo una denuncia, es una invitación a repensar cómo queremos convivir, qué país estamos dispuestos a construir y si seremos capaces, finalmente, de mirar y acompañar el florecimiento que muchas personas de los pueblos organizados ya han comenzado.
*Profesor












