l término del “neorrealismo italiano”, corriente estilística y contextual que marcó el rumbo definitivo de la cinematografía italiana, surgió una nueva visión crítica de la sociedad no exenta de humor, ternura y drama, un lenguaje vivaz y novedoso y una evidente orientación hacia el cine popular bajo el nombre de “comedia a la italiana” en los años 50 y 60 representada por realizadores como Mario Monicelli, Pietro Germi, Alberto Lattuada, Dino Risi, Luigi Comencini y Ettore Scola, lo que coincidió con la aparición de Federico Fellini y su delirante y atípica visión de la Italia de entonces.
Desde el pasado 9 de diciembre hasta el día 30, la Cineteca Nacional y el Instituto Italiano de Cultura en México presentan una amplia retrospectiva del gran cineasta Ettore Scola (1931-2016), quien dejó la carrera de derecho por la escritura de guiones al inicio de los 50 para debutar como realizador en 1964 con Hablemos de mujeres, estrenada por cierto en México en los cines París y Paseo, donde se mantuvo nueve semanas. A lo largo de cinco décadas, Scola realizó más de 40 filmes y fue parte de la transición hacia un cine adulto, moderno y de enorme fuerza política como lo muestran algunas de sus mayores obras: Celos estilo italiano (1970), Nos amábamos tanto (1974) o Un día especial (1977).
En Celos estilo italiano, la pareja de La noche (Michelangelo Antonioni, 1961): Marcello Mastroianni y Monica Vitti más Giancarlo Giannini forman un curioso triángulo amoroso en un filme que pasa de la comedia al drama romántico con instantes tan divertidos como conmovedores. Una historia de amor condenada al fracaso en el ámbito de la clase trabajadora italiana: un albañil con una esposa mucho mayor que él, un pizzero –ambos militantes del Partido Comunista– pasan de ser los mejores amigos a compartir con dolor y culpa a la misma mujer, una bella y soñadora vendedora de flores. Lo que podría prestarse a un relato banal y de fórmula, se trastoca en una diatriba sobre la búsqueda de la felicidad, el amor, la lucha de clases, el proletariado y el espejismo del ascenso social, realizada no sólo con enorme sensibilidad, sino con una serie de arriesgadas e inteligentes transiciones narrativas a lo que se suma una eficaz puesta en escena y una hermosa banda sonora de Armando Trovajoli.
Por su parte, Nos amábamos tanto cuenta la historia de tres amigos enamorados de la misma mujer a lo largo de los años. Pero sobre todo, se concentra en la manera en la que sus ideales de juventud eclipsan con el paso del tiempo y cómo la sociedad de su momento, que deseaban cambiar, los termina por transformar a ellos. Se trata de un sutil drama sobre la frustración; una amarga crónica italiana, desde la posguerra hasta los años 70, por medio de esos tres amigos de izquierdas que lucharon contra los nazis. Vittorio Gassman es el estudiante de derecho que se convierte en un abogado burgués, Stefano Sata el profesor idealista y notable cinéfilo que abandona a su mujer y a su hijo y pierde un concurso de preguntas de cine italiano, y Nino Manfredi, un camillero noble e inculto que conoce en un hospital a Stefania Sandrelli, de quien los tres se enamoran bajo el paisaje de la eterna Roma como fondo.
En la cumbre de su carrera, Scola reunió a fines de los 70 a una de las parejas más fascinantes de la pantalla y, al mismo tiempo, a los más notables divos del cine italiano: Sophia Loren y Mastroianni, en Un día especial, ambientada en el verano de 1938, cuando Hitler visita Roma y la Italia fascista celebra en grande. Alejados del bullicio, dos seres marginados: un periodista homosexual y una ama de casa reprimida, se evaden de la realidad y viven una conmovedora jornada muy particular en un filme de una exquisita belleza y sensibilidad, como lo es también Pasión de amor (1981), una de las historias románticas más intensas y originales sobre la “fealdad” y la “belleza” por parte de un cineasta, autor de otras obras excepcionales como la desquiciante farsa Sucios, feos y malos (1976), o ese recorrido por las corrientes musicales que es El baile (1983), la decadencia de las salas cinematográficas en Splendor (1989) o La terraza (1980), centrada en un grupo de intelectuales alrededor de una tertulia en una calurosa tarde verano.
La retrospectiva Ettore Scola se proyecta en la Cineteca México y Chapultepec. Consultar días y horarios.











