Hoy es su última función a las 13 horas, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, del CCB
Domingo 14 de diciembre de 2025, p. 5
Detrás del espectáculo multimedia El pulpo fantasma hay más que un mero afán de entretener. “Es un acto de conciencia ecológica en movimiento”, describe su directora, Patricia Marín, quien subraya que con esta obra la compañía Danza Visual refrenda su convicción de que el arte no debe restringirse sólo al terreno de la estética, las emociones y las sensaciones.
“También debe cumplir una función social”, asevera la bailarina de contemporáneo y diseñadora al reafirmar una de las principales encomiendas de esa agrupación: “nos centramos en el derecho de las infancias a acceder a espectáculos que promuevan su inteligencia y que no sólo los entretengan, sino que los hagan reflexionar y mejores seres humanos. Sí creemos totalmente en esa labor”.
Tras su triunfal estreno en agosto pasado en el Centro Nacional de las Artes, esta obra interdisciplinaria tendrá su última función hoy a las 13 horas, en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, del Centro Cultural del Bosque (CCB), atrás del Auditorio Nacional.
Se trata de una propuesta de danza, música y proyección en video mediante la que Danza Nueva, según su directora, se propone continuar cumpliendo su compromiso de transformar la percepción del arte y el medio ambiente, así como de ofrecer propuestas que invitan a la acción.
“Nuestro montaje busca ser un espejo que refleje la belleza del océano y también la urgencia de su conservación. El pulpo fantasma es un viaje que celebra al mar, pero también un llamado a no olvidar nuestra responsabilidad con él. Es una invitación a toda la familia a reflexionar, sentir y actuar para proteger el patrimonio marino de México”, afirma Marín en entrevista.
Este proyecto escénico –destinado a público de tres años en adelante– resultó del trabajo colaborativo entre dicha compañía artística, Mar…es de México, Fundación Santa Lucía AC y Culturalmente Responsable, organización dedicada a promover y acercar la cultura a la sociedad.
Producido por Bla Bla Bla Producciones, es “una experiencia multisensorial” que evidencia la fragilidad de los ecosistemas marinos mediante la historia de una de las tantas criaturas acuáticas que están hoy día en grave riesgo de extinción: el pulpo fantasma o “casper” (como se le denomina en inglés, en referencia a su parecido al dibujo animado Gasparín).
“Es un pequeño pulpo, en este caso una hembra que alberga sus huevecillos en unas algas que están en una zona de los litorales mexicanos y que pretende ser explotada por la minería”, refiere la creadora escénica.
“Como en gran parte de nuestros trabajos, buscamos hablar a través de las artes escénicas por los que no tienen voz: los animales y la naturaleza, principalmente, los que están dentro de territorio mexicano, a la par de promover, sobre todo en los niños, la conciencia acerca de ese tipo de temas, como ahora lo hacemos con la importancia de cuidar el agua y los seres que habitan en ella.”
A pesar de que la obra trata un tema complejo y crudo, la muerte de esa criatura marina ante al avasallamiento de la contaminación y la codicia humanas, Marín aclara que el tratamiento es de corte poético, al no emplearse un lenguaje narrativo, sino abstracto.
“No se narra nada de forma explícita. Es a partir del cuerpo, lo visual y lo sonoro donde los niños experimentarán esta conexión distinta de la narrativa convencional, que es a lo que los acostumbramos: una narrativa dirigida, lo que expertos llaman manipuladora, esa en la que se le dice al niño qué es lo que debe ver, sentir y el discurso tiene que ser lineal.”
Un aspecto central de la puesta, dice, es el diseño multimedia, a cargo de la artista Ghiju Díaz de León, quien creó una instalación en la que se proyectan escenarios marinos reales contaminados de nuestro país. Estas imágenes fueron proporcionadas por Mar…es de México.
“Lo que hace la danza es buscar a través de las sensaciones corporales esa narrativa. Tratamos de construir a partir de las imágenes y de los cuerpos la vulnerabilidad del pulpo y esa agresión que sufren los ambientes naturales por la contaminación. Es una contraposición entre las imágenes bellas de los fondos marinos limpios con los fondos marinos sucios y cómo la industria va haciendo de las suyas”, finaliza Marín, quien menciona que, en congruencia con lo que la compañía enuncia y promueve, la escenografía de ésta y otras de sus obras están elaboradas con elementos reciclados.
Conforman el elenco Patricia Marín, Jonathan Alavés, Tlathui Maza y Heleni Castro; la música es de Rogelio Marín.












