María Victoria Díaz Ruiz critica que sean los extranjeros quienes cuenten las historias de sus comunidades
Jueves 4 de diciembre de 2025, p. 2
Guadalajara, Jal., La escritora tsotsil María Victoria Díaz Ruiz, ganadora del Premio de Literaturas Indígenas de América, está comprometida en demostrar que en su lengua o cualquiera de un pueblo originario se puede hacer narrativa, contra la idea de que al traducir al castellano se pierde el sentido. Es factible crear poesía, ensayo, novela y cuento, afirmó.
La autora en lengua bats'i k'op tsotsil de Chiapas, quien recibirá el galardón mañana en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, dijo a La Jornada que su intención en la escritura es que sus congéneres sean entendidas, que se sepan las situaciones que “viven en la calle, en la sociedad”.
Díaz Ruiz, quien se hizo acreedora de la distinción por su libro de seis relatos Hombres absurdos/ Sokem Viniketik, comentó que se siente muy emocionada y feliz por ello. “No me lo esperaba. Cuando mi obra salió premiada, me sentí muy orgullosa de ser tsotsil, chiapaneca y mexicana”.
Relató que al crear un texto literario se siente más tranquila “porque hay muchas historias en nuestras comunidades, pero no están contadas; no están escritas, más que nada, lo que estamos viviendo día a día”.
María Victoria Díaz (San Cristóbal de las Casas, 1995) aventuró que uno por ciento de las mujeres de su comunidad han logrado estudiar y ejercer una carrera, aunque la mayoría están en casa. “De ese porcentaje, no todas se atreven a hablar su lengua. Si somos pocas mujeres las que hemos sobresalido, hay menos todavía las que se atreven a escribir”.
Tajante, asegura: “a veces piensan que vivimos en un pueblo mágico, que los indígenas nunca tenemos problemas. ‘Me voy al rancho’, se imaginan, y que es todo paraíso, sin problemas.
“Mi obra es para que se vea que realmente no es como una comunidad o cultura paradisiaca. Toda sociedad tiene problemas, dificultades, y también es importante que no nos vean de manera diferente a los pueblos indígenas.”
La escritora ha realizado un trabajo literario desde hace años inspirada por el también narrador Mikel Ruiz, a quien conoció en la universidad. “Gracias a aquellas personas que me estuvieron apoyando, me inspiré a hacerlo y ya conozco herramientas y técnicas, aunque siento que me faltan muchísimas. Siento que me falta profundizar más”.
Narrar desde la visión propia
Destacó que ha reflexionado en “¿por qué no puedo escribir mi propia historia o mi visión de lo que pasa en mi comunidad? ¿Por qué los extranjeros me tienen que hacer este trabajo, si yo también lo puedo hacer? Eso es una necesidad o una manera de expresar lo que pasa en la sociedad para plasmarlo en la escritura.
“A lo mejor traigo esa misma idea de Mikel Ruiz, quien nos pregunta siempre por qué un extranjero nos tiene que escribir si realmente ellos no conocen cómo es nuestra cultura. Es verdad, como mujeres, a veces no nos atrevemos a escribirla y tampoco a hablarlo. Quedamos como sumisas, calladas, sin expresarlo a nadie y no sabemos qué pasa en cada familia.
“Los temas que estamos manejando todavía no se han abordado en nuestra lengua. Observamos que los mismos hablantes de nuestra lengua tsotsil no nos leen. Mayormente quienes nos leen son externos, pero nos hemos dado cuenta de que nos vienen a estudiar y nos describen nuestra historia.”
Expresó que en la región donde habita hay menos narradores que poetas. “Me pregunto por qué será, por qué no hay más mujeres o más hombres que escriban narrativa en Chiapas, somos muy pocos todavía los que lo realizamos”.
Díaz Ruiz aseveró que sus historias “están escritas, narradas y vistas desde lo que vive nuestra sociedad; de donde alcanzo a ver, porque hago investigaciones, veo problemas en ella. A veces no nos damos cuenta de que lo son, pero queremos evitar la violencia, el machismo o a los autoritarios, sean hombres o mujeres.
“Siento que muchas mujeres aquí en Chiapas hacemos arte, pintura, cinematografía, tratamos de alzar la voz como indígenas para demostrar que también podemos realizar cualquier otra actividad, que no seamos vistas únicamente como amas de casa”, concluyó.











