España hace reflexión sobre la democracia a 50 años de la muerte del dictador
Jueves 20 de noviembre de 2025, p. 26
Madrid. El 20 de noviembre de 1975, el entonces presidente del gobierno, Carlos Arias Navarro, anunció: “españoles, Franco ha muerto”.
Tenía 83 años y el deceso ocurrió en el madrileño hospital de La Paz, después de una lenta agonía y tras haber detentado el poder desde 1939, cuando finalizó la cruenta guerra civil, que él mismo incentivó desde su alzamiento militar, y que derivó en uno de los regímenes fascistas más represores de Europa en el siglo XX.
Hoy, con medio siglo de distancia, todavía hay en fosas comunes miles de cuerpos sin exhumar –más de 4 mil 500–, pero también destaca un dato preocupante: una parte de la juventud, más de 20 por ciento según encuestas recientes, ven con simpatía al régimen totalitario de Franco, el cual obligó al exilio a decenas de miles de españoles y ejecutó y torturó a otros tantos.
Hace 50 años, la noticia de la muerte de Franco fue recibida por buena parte de la sociedad con alegría y júbilo. Muchos expresaron tristeza y pesar por el deceso de quien había sido su líder y guía durante 40 años, pero, sobre todo, por los cambios inminentes que vendrían: la transición a la democracia, un periodo de apertura de libertades y la posibilidad de la vuelta y el reconocimiento de los exiliados y de los perseguidos políticos.
La transición
Franco designó en vida a quien sería su sucesor como jefe del Estado, el rey Juan Carlos I, y garantizó así la sobrevivencia de la monarquía.
Su fallecimiento abrió paso a una transición democrática compleja que derivó en el actual sistema de monarquía parlamentaria, y desde entonces ha habido siete presidentes del gobierno: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez; así como dos reyes, Juan Carlos I y su sucesor, tras su abdicación por una serie de escándalos de corrupción: Felipe VI.
A pesar de su herencia de muerte, destrucción y odio, el régimen de Franco todavía tiene defensores, entre ellos algunos grupos políticos marginales, como Falange Española, pero también hay un alto porcentaje de jóvenes que ven con buenos ojos esa dictadura.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), para más de 21 por ciento de la población española, los años de franquismo fueron “buenos” o “muy buenos”, entre ellos jóvenes de entre 18 y 24 años.
Más de 17 por ciento de los jóvenes creen que la democracia actual es peor que la dictadura franquista. Una de ellas es Isabel Peralta, de 27 años y que lidera el grupo de extrema derecha Núcleo Nacional, organizador de actos de homenaje a la División Azul, la unidad militar que luchó con las tropas de Adolfo Hitler.
En una entrevista con el portal El Independiente, Peralta señaló: “hay que mirarlo objetivamente porque no se le puede culpar de que hubiese matado a no sé cuántos miles en las cunetas y que ésta sea la única versión que se pueda aceptar sobre Franco. A él lo considero un político bueno, muy bueno”.
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