Jueves 20 de noviembre de 2025, p. 5
París. Pronto se instalarán nuevas cámaras de vigilancia y sistemas antintrusión en el Museo del Louvre, anunció ayer Laurence des Cars, directora de la institución, tras el impactante robo de joyas de su colección el mes pasado.
Un centenar de cámaras estarán listas para finales del próximo año, mientras los sistemas antintrusión comenzarán a instalarse en un plazo de dos semanas, indicó la directora.
Describió los sistemas como equipos que evitarán que los intrusos se acerquen a los edificios del museo, sin ofrecer más detalles. Las nuevas cámaras de vigilancia darán “una protección completa de los alrededores del museo”, señaló.
“Después del shock y la evaluación, es momento de actuar” en el museo más visitado del mundo, afirmó Des Cars al Comité de Asuntos Culturales de la Asamblea Nacional.
Comentó que todo forma parte de más de 20 medidas de emergencia que se implementarán. Las nuevas medidas también incluyen la creación de un puesto de “coordinador de seguridad” en el museo.
El día del robo, a los ladrones les tomó menos de ocho minutos abrirse paso a través de una ventana en la Galería Apolo, con la ayuda de un montacargas, y robar el botín de 88 millones de euros.
Des Cars reveló algunos nuevos pormenores sobre la brecha de seguridad que permitió el robo del 19 de octubre, diciendo que las herramientas eléctricas utilizadas por los ladrones para cortar las vitrinas eran cortadoras de disco destinadas al concreto.
“Es un método que no se había imaginado en absoluto” cuando las vitrinas de la Galería Apolo fueron reemplazadas en 2019, dijo. En ese momento, habían sido diseñadas principalmente para contrarrestar un ataque desde dentro del museo con armas, añadió.
Las imágenes de las cámaras del museo muestran que durante el robo, las vitrinas “resistieron notablemente bien y no se rompieron”, afirmó. “Los videos muestran lo difícil que fue para los ladrones”.
Des Cars enfatizó que la mejora de la seguridad es una priori-dad del plan de “Nuevo Renacimiento del Louvre” de una década lanzado a principios de este año, con un costo estimado de hasta 800 millones de euros para modernizar la infraestructura, aliviar la congestión y dar a la Mona Lisa una galería dedicada para 2031.
Con el Louvre tambaleándose bajo el peso del turismo masivo, Des Cars ha restringido el número diario de visitantes a 30 mil.
Recordó que la famosa pirámide de vidrio inaugurada en 1989 estaba destinada a recibir 4 millones de visitantes al año. Este año, ya más de 8 millones de personas han visitado el Louvre.
“La extensa modernización que el Louvre experimentó en los años 80 es ahora técnicamente obsoleta, con equipos que han estado funcionando en exceso durante 40 años”, expresó Des Cars.











