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Alerta musicólogo sobre deficiente catalogación de órganos históricos

En el país autoridades civiles y eclesiásticas “se avientan la bolita” en su preservación y custodia, lamenta

Periódico La Jornada
Jueves 20 de noviembre de 2025, p. 4

La falta de un registro nacional pone “en grave riesgo” el patrimonio de órganos históricos en México, alertó el organista y musicólogo Gustavo Delgado Parra, quien urgió al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a asumir esa tarea ante la “dualidad” entre autoridades civiles y eclesiásticas que “se avientan la bolita” sobre su preservación y custodia.

En el contexto de la edición 33 del Festival Internacional del Órgano Barroco (FIOB) –que concluirá el 7 de diciembre en diversas sedes del país–, el también compositor, organólogo y docente señaló que el proceso de catalogación de estos instrumentos a escala nacional se mantiene en una fase “incipiente, primaria”.

Sólo tres entidades federativas cuentan con inventarios parciales: Oaxaca registra alrededor de 70 órganos, Puebla 80 y Tlaxcala 75, todos en diversos estados de conservación, detalló el investigador y clavecinista a La Jornada.

“La extensión del territorio nacional y las dificultades de acceso a comunidades muchas veces no cartografiadas complican enormemente este trabajo. Entidades como Guanajuato, Zacatecas o Aguascalientes carecen por completo de registro, a pesar de contar con un importante acervo organístico y ser de fácil acceso”, explicó el codirector artístico del festival.

“Es imperativo que las instancias gubernamentales asuman su responsabilidad en la protección de este patrimonio”, sostuvo al expresar su preocupación por la “falta de compromiso” tanto de las autoridades civiles como de las eclesiásticas.

“Persiste una ambigüedad constante respecto de quién debe custodiar esos instrumentos, echándose unos a otros la responsabilidad. Lamentablemente, las autoridades religiosas también han mostrado escaso interés en su preservación.”

Delgado cuestionó asimismo el desinterés en utilizar esos órganos en las ceremonias religiosas: “la práctica musical en los templos frecuentemente ignora la rica tradición musical eclesiástica. Se ha optado por repertorios populares con acompañamiento de guitarras y hasta baterías, marginando a los órganos restaurados. De forma paradójica, la iglesia es la primera instancia en relegarlos”.

Asumió que si bien una de las encomiendas centrales a lo largo de los 33 años de existencia de la Academia Mexicana de Música Antigua para Órgano (Ammao) ha sido esa labor de catalogación, su trabajo ha estado muy limitado.

Recordó que a esa instancia –dirigida por él y su esposa, la también organista Ofelia Gómez Castellanos– se debe la publicación en 2000 de un libro sobre los órganos históricos de Oaxaca, convirtiéndose en uno de los primeros catálogos sobre ese patrimonio en aquella entidad, tarea a la que se sumó el Instituto de Órganos Históricos de Oaxaca. Ammao realizó asimismo un estudio y catalogación de esos instrumentos en los estados de Puebla y Tlaxcala.

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▲ Sólo Oaxaca, Puebla y Tlaxcala cuentan con inventarios parciales, mientras entidades como Guanajuato, Zacatecas o Aguascalientes carecen de registros, indicó el organista Gustavo Delgado Parra en entrevista con La Jornada.Foto cortesía Ammao

“Punta del iceberg”

Respecto del FIOB, Delgado resaltó que es “la punta del iceberg” de un proyecto de más largo aliento en el que ha trabajado la Ammao desde 1992 en su afán de recuperar y difundir la cultura organística en México.

Tal iniciativa considera la ubicación, catalogación y restauración de órganos históricos en el país –los construidos entre los siglos XVII y XIX–, en su mayoría de origen barroco, por corresponder a la época colonial. Pero no sólo eso, sino que también hay otras vertientes relacionadas con la formación académica, investigación, creación musical y divulgación.

“No es un festival aislado en el que sólo se restaura un instrumento para después dejarlo abandonado. Buscamos integrar todas esas líneas de trabajo para el rescate integral de esta expresión cultural”, aclaró.

De tal manera, dijo, a lo largo de sus 33 años ese encuentro musical se ha presentado en diversos puntos del país, “dedicándose a los órganos en condiciones de ejecución”.

Según el investigador, el proyecto formativo ha rendido frutos significativos. Ejemplificó con el caso de Oaxaca, donde tras restaurar los órganos de Santo Domingo Yanhuitlán (ca. 1690), la Basílica de la Soledad (1686) y la parroquia de La Asunción, en Tlaxiaco (ca. 1750), se realizaron cursos locales que motivaron a jóvenes de esas comunidades a profesionalizarse en la Facultad de Música de la UNAM. “Varios se han titulado ya como organistas y han regresado a trabajar en sus comunidades”.

La creación de repertorio contemporáneo ha sido otro eje fundamental, agregó el docente, pues “garantiza que estos instrumentos no sean piezas de museo, sino entes vigentes en las nuevas estéticas de la música actual”.

Destacó que en el festival se han estrenado múltiples composiciones que dialogan con ese patrimonio sonoro desde la modernidad, ampliando el repertorio y atrayendo nuevos públicos.

La 33 edición del festival consta de 16 conciertos, todos con acceso gratuito, en la Ciudad de México, Puebla y Oaxaca.

Entre las actividades sobresalientes, mencionó la musicalización en vivo de la cinta muda Frate Sole (1918) que el 16 de noviembre contó con la participación del organista Mario Mariani, así como el concierto de clausura, el 7 de diciembre, con la ejecución simultánea de cinco órganos en la Parroquia de San Agustín (en Polanco, Ciudad de México), “una propuesta innovadora” en el país, inspirada en el modelo del Orgelpark de Ámsterdam, Países Bajos.